Son: la confusa actuación de
la UE ante la migración, los daños a nuestro planeta por la actividad humana y
el tabú de los plásticos.
1. El penoso tratamiento de la migración en la UE, que más que crisis
migratoria es una crisis europea con motivo de la migración, ha permitido al
Tribunal Penal Internacional encontrar en el artículo 53c del Estatuto de Roma
y el Acuerdo de Cooperación del año 2006 una sutil coartada para inhibirse en
el tema de la comisión de delitos por la UE y por los países europeos al no permitir
la entrada de migrantes rescatados en altamar. Nos informa de esto Emilio Menéndez del Valle. Ya la Sala de Cuestiones
Preliminares del alto tribunal cerró un caso el 12/4/19, sin llegar a entrar en
él, sobre los delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra denunciados contra
el gobierno afgano, los talibanes, las fuerzas norteamericanas y la CIA,
amparándose en dicho artículo 53c: que una investigación sobre los hechos
denunciados en este caso “no redundaría
en el interés de la justicia”. Un colectivo de juristas ha denunciado la
política migratoria de la UE y la actuación de los países de la UE en este tema
como “crímenes de lesa humanidad”. No es de extrañar que el TPI se acoja ahora al
mismo recurso para inhibirse en esta acusación como lo hizo en el caso de
Afganistán. Porque investigar los hechos denunciados “no redundaría en el interés
de la justicia”.
2. El debate sobre el cambio climático y la culpa de los
seres humanos en el calentamiento de la Tierra con las trágicas consecuencias
que de ello se derivarán, conviene encuadrarlo en las fases de glaciación de
nuestro planeta. A lo largo de todos los tiempos la Tierra ha sufrido
glaciaciones las últimas de las cuales han sido: el glacial de Würm, años 100.000
al 12.000; Riss, 190.000; Mindel-Riss, 420.000; Mindel-Günz, 850.000, Günz,
1.100.000… Estamos, pues, en una fase del calentamiento del planeta que nos permitió
bajar del hielo y asentarnos desde el año 10.000. Los períodos interglaciares,
como el actual, varían pero los últimos se estima que duraron entre 10.000 y
30.000 años (si el actual período de calentamiento se acomodara a este dato,
nos quedarían 20.000 años antes de que el planeta se helara de nuevo). Es
verdad que los gases de efecto invernadero y otras poluciones como las de los
combustibles fósiles o del metano pueden colaborar, y seguro que colaboran (así
lo afirma la mayoría de los científicos) en el calentamiento global, pero me
parece arrogante que creamos que podamos dañar tanto a la Madre Tierra (en todo
caso el daño nos lo haríamos a nosotros en la Tierra). La incidencia humana es
real pero, magnificada por los medios por el interés que suscita toda alarma, me
parece algo pretenciosa. Lo que quiero decir es que no veo yo que se trate de
arreglar el planeta…, porque el planeta se las puede arreglar sin nosotros cuando
quiera.
3. En cuanto al tabú de los plásticos sé que es horrible lo que estamos haciendo
con los fondos marinos y los desechos que vamos dejando por ahí…, pero de eso a
negarle el pan y la sal a este invento que puede ser tan útil para tantos otros
menesteres… Mejor me remito a la entrada 1893 del 3/8/19.
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