En la entrada 1808 del 8/5/19: Imperiofobia (y leyenda negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio
español) escribimos una reseña del libro de éxito de Elvira Roca Barea,
encomiándolo, sí, y recomendando vivamente su lectura, pero denunciando también
la osadía de algunas de sus hipótesis, que ella expresa como evidencias, así
como también sus contradicciones. Su objetivo era, según decía ella misma, romper
“los tópicos aceptados como verdades, de la leyenda negra, que no son más que
propaganda antiespañola creada por el mundo protestante y asumida por la
Ilustración francesa”.
Pues
bien, ahora aparece Imperiofilia y el
populismo nacional-católico de José Luis Villacañas que arremete contra el
anterior calificándolo de “populismo intelectual reaccionario”, cuando los de su ideología, la del partido PP al que pertenece, deberían mostrarse agradecidos
por la intención de Roca Barea de defender nuestro Imperio y su pureza de
sangre, en el sentido de estar limpio de intereses bastardos como los que
empujaron a ingleses y holandeses a defender en los suyos.
Para el sr.
Villacañas el libro Imperiofobia de Roca Barea “considera en el fondo que la mayor parte de los países y culturas de
Europa son enemigas irreconciliables de España”, y que “es un libro dañino y
peligroso, carente de rigor intelectual, ajeno a los parámetros de la
investigación histórica y académica…/…Roca Barea considera que Alemania,
Holanda, Italia, Francia e Inglaterra tienen en su ADN ser enemigos de
España…/… ( y se pregunta:) ¿En qué está pensando la intelectualidad española
que no ha salido de manera generalizada a denunciar las irregularidades
científicas del libro?”.
Para rebatir el
libro "Imperiofobia" con el suyo "Imperiofilia", Villacañas usa como argumento
éste: “La leyenda negra obedece a un monopolio de la construcción de relatos
por parte de los entonces enemigos de
España”, pero éste es precisamente el punto de partida del libro de Roca Barea.
Y añade: “Esta leyenda (negra) tuvo que ver con las luchas contra ingleses y
holandeses, pero después de 1648 no tuvo una gran presencia entre la
intelectualidad europea”. Y aquí es donde difiere del libro que critica,
Imperiofobia, que explica muchas cosas que nos pasan actualmente con motivo de
la persistencia de la leyenda negra con la que todavía nos menosprecian (*). El
mismo Villacañas admite después que los arquetipos de esa leyenda negra aún
perduran pero lo explica por los 40 años de franquismo y la reactivación de la
ultraderecha así como por la “influencia de una forma de catolicismo arraigado
en el folclore, como prueban las múltiples procesiones de Semana Santa”. Con lo
cual no entiendo bien en qué difieren. Para saberlo tendría que leerlo, y mucho
temo que no voy a hacerlo. Porque tengo la impresión de que no están tan
distantes y que lo que denuncia Villacañas tiene como motivo acuciar la
curiosidad de los lectores que pretende atraer a su publicación, dado el éxito del libro que
critica.
Más fácil resulta
estar de acuerdo con él cuando resume que mientras que el imperio británico
construye su relato sobre el parlamentarismo y la revolución industrial y el
Imperio francés sobre la razón, el principio civilizatorio del imperio español no
es otro que la iglesia católica.
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(*) En Europa a los españoles, portugueses, italianos y griegos nos conocen como los PIGS (cerdos, en inglés): portugueses, italians, greeks and spaniards.
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(*) En Europa a los españoles, portugueses, italianos y griegos nos conocen como los PIGS (cerdos, en inglés): portugueses, italians, greeks and spaniards.
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