Hasta ser felices lo seremos por decreto. La ONU nos manda ser
felices el 20 de marzo, todo el día? bajo pena de ser desgraciados si no
cumplimos con la festividad?
¿Pero no somos el país
más saludable del mundo mundial? Eso al menos fue lo que certificamos en la entrada 1756 del pasado 16 del mes de marzo. Bueno, pues eso no nos
garantiza, por lo visto, la felicidad. En el ranking de países felices ocupamos
para la ONU el número 30 entre los más
dichosos. Aunque la Win World Survey
nos coloca en el puesto nº 13, por delante, o encima, de Alemania (21), Reino
Unido (27) o Francia (35). Podéis creer que según esta clasificación los países
más contentos consigo mismos son Filipinas y Ghana? (más del 80%). A pesar de
su pobreza, el 82% de los ciudadanos de Ghana se declaran satisfechos con su
vida mientras que en Suecia sólo lo está el 57%. Así que parece que más que la
felicidad estas estadísticas lo que reflejan es el grado de autocomplacencia de
los entrevistados.
Porque una cosa son las
condiciones objetivas y otra nuestra percepción de las mismas. La sensación de
felicidad no depende sólo, ni siempre, de las condiciones externas materiales,
o de salud, o riqueza, aunque éstas son importantes para no sentirse infeliz.
Todo depende de las expectativas, asegura Milagros Pérez Oliva. Conseguir,
pues, la felicidad no depende de nuestras condiciones objetivas sino de nosotros
mismos. Vale. A eso me apunto. Para algo servirá, digo yo, tener una tasa muy
baja de criminalidad, la mayor longevidad, nuestros magníficos servicios
sanitarios, o la paella, por ejemplo.
Pero yo añadiría un par
de consideraciones: una, no busquéis con ansia la felicidad, que sólo la
encontraréis en detalles pequeños; dos, no esperéis que os dure mucho, que si
eso ocurriera, nos acostumbraríamos a ella y dejaríamos de apreciarla por no
saber distinguirla: el sol sabe mejor después de un poco de lluvia. Lo que sí
os aconsejo para intentar seducirla es que os mostréis indiferentes, como si no
os interesara…, a ver si pica.
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Última hora: Hoy, jueves santo de la semana santa, la Cofradía de Nuestro Padre Genarín procesiona en León El entierro de Genarín, putero y borracho que murió atropellado por un camión de la basura, La Bonifacia, el viernes santo de 1929. Le acompañan los pasos de La puta Moncha y del Barril del orujo, que era lo único que bebía.
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