Para Mariola Urrea España
será más federal… o no será.
Lo
federal ni es división ni supone abrir la puerta a la autodeterminación. Lo
federal es pacto (foedus), es decir, acuerdo para conjugar unidad y
diversidad reconociendo a esta última los cauces de expresión necesarios para
un encaje en lo común.
Lo federal es también una cultura
asentada en la cooperación leal y recíproca de todas las partes. Y esto, como
es obvio, no se improvisa.
Nos falta una verdadera cultura política
que permita recurrir a soluciones federales sin aspavientos. España es
suficientemente federal, pero será todavía más… o simplemente no será.
Para Ignacio Peyró, tanto en
el año 31 como en el 78 hubo cuidado en no mentar la bicha federal.
Pero el debate sobre el federalismo
se ha impuesto ya como inevitable. Aunque la conversación sobre este término es
problemática porque ni siquiera sabemos si hablamos de lo mismo. ERC está más cerca
de un sistema confederal en el que los Estados miembros pactan una alianza…
(hasta la independencia). Lo irritante del debate federal es la sensación de
estar ante el enésimo trampantojo de nuestro debate público: el federalismo
como carta a los Reyes, donde uno puede pedir aquello que quiera. Si alguien
cree que el federalismo llevará a los nacionalistas a redescubrir la fraternidad
hispánica, que mire a Bildu y al País Vasco.
En cuanto a la derecha nunca ha
tenido la palabra federalismo en su diccionario. Hay un escepticismo ante
cualquier planteamiento que pueda conllevar troceamientos de soberanía y una
idea de España como un contenedor estatal de proyectos nacionales.
(La mejor ironía será que el principal escollo al federalismo esté, justamente -Asturias, Aragón, Extremadura…- en las federaciones del PSOE.)
P/S. Dado el caos semántico que ha provocado el término "federalismo" quizás lo que proceda sea esperar que se llegue a un acuerdo sobre el sistema a aplicar y sólo después se decida darle un nombre.
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