David Trueba al habla: Duro con el débil, titula su
publicación.
Comentarios cáusticos sobre la actualidad en ESPAÑA que intentan despertar las mentes dormidas mediante el sarcasmo.
viernes, 6 de septiembre de 2024
2557 (V 6/9/2024) Y más sobre los migrantes
El principio de Pascal se puede
aplicar al discurso migratorio. Ya en el siglo XVII demostró que la presión que
se ejerce en un fluido se transmite íntegramente y con la misma intensidad en
todas direcciones, lo cual nos da a entender que los flujos migratorios nacen
de una presión en origen que se traslada al destino.
La valla y el mar funcionan como
alternativa de llegada, a más dureza en un enclave más desembarcos por el otro.
La matanza de inmigrantes en Melilla aún resuena y lleva a las rutas marítimas,
incluso a nado, a los desesperados por llegar.
Hasta ahora los
inmigrantes lo han aguantado todo. Incluso un señor muy serio propuso en el
Parlamento que se mandaran buques de la marina contra los cayucos. Hombres,
puestos a eso, sería más práctico mandar los Geo a los centros de acogida. Hasta por sus físicos se les insulta. Es la
única ocasión en que se ha oído faltar el respeto a alguien por tener cuerpo de
gimnasio. También se les insulta por lo bien que les queda la ropa deportiva.
No es raro que en los estadios de fútbol un reducido grupo de varones a los que
les sienta muy mal el chándal se asocien para insultar a algún joven guapísimo
que ellos consideran extranjero porque no se les parece.
Las fronteras dibujadas en los
mapas son poco más que líneas imaginarias sostenidas con gasto militar y
tecnología para frenar la libertad de movimientos. Porque lo de la “libertad,
carajo!”, claro, no va con ellos.
Es feo que la importancia del migrante en el desarrollo económico de nuestros países y su valor en el
equilibrio de la pirámide poblacional sean la única razón para frenar los
insultos. Faltarles el respeto se ha convertido en rutina. Hasta que se
harten.
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