miércoles, 4 de septiembre de 2024

2556 (X 4/9/2024) Complemento a la entrada 2553: Menas y Memos

Como complemento a la entrada 2553: "Menas y Memos y el trato degradante al que les somete la ultraderecha", vamos a poner sólo un par de ejemplos: 


Hamada Azmani       

Hamada Azmani llegó a Melilla con 15 años y con 23 ha conseguido el título mundial de kickboxing, representando a España. Ganó el combate por ko contra un italiano, como visitante y con el público en contra. Vivió en un centro de menores y, al cumplir los 18, se quedó en la calle durante tres meses.

           (Que por cierto para lo que intentamos no es un buen ejemplo: porque no se trata de hacer nuestros a los artistas o deportistas de elite, así como a los ricos que compran mansiones en la costa, sino a los demás que simplemente quieren hacerse de los nuestros. Muchos de los cuales, por cierto, podrán hacerse “artistas o deportistas de elite, así como ricos que compren mansiones en la costa,” o no, pero habrán ayudado en todo caso al crecimiento económico y social de esta su patria.)


Emilia Lozano

Emilia Lozano, jubilada de 71 años de la Puebla de Almoradiel (Toledo), levanta un hogar para dar techo a los jóvenes expulsados del centro de acogida del barrio madrileño de Hortaleza. Su fundación “Somos Acogida” cuenta con 86 socios y un local prestado al que cada día acuden los migrantes. Allí reciben clase de español, de informática… Un día del año 2021 Emilia explicó por la radio del pueblo lo que quería hacer y al día siguiente un matrimonio les entregó las llaves de una casa de 180 m2 (¿serían de VOX?). Detrás de ellos otro vecino llegó con una lavadora, otro con una bicicleta, otros con camas y sillones, el carpintero con sus herramientas arregló la cocina, el albañil y el pintor… Incluso llegaron para ayudar desde los pueblos de alrededor (comunistas, seguro que eran comunistas, todos ellos…). Mientras estudian la ESO aprenden un oficio o hacen deporte y cuando salen de allí hablan un correcto español. “Cada chico cuesta 800 € legalizarlo”. Los consiguen con aportaciones de los socios y amigos y una ayuda del gobierno de Castilla-La Mancha. Emilia nos cuenta que una vez acudieron a la Comunidad de Madrid a pedir una ayuda. Le respondieron que el Ejecutivo regional no da subvenciones aunque podrían ofrecerle un curso de perfeccionamiento en el voluntariado. De aquella gestión no esperaba mucho dinero, pero tampoco un chiste.

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