lunes, 8 de julio de 2024

2530 (L 8/7/2024) El Báltico, territorio de la OTAN

 

Las repúblicas bálticas solo sobrevivieron como independientes poco más de 20 años en el periodo de entreguerras, antes de sufrir las ocupaciones del Ejército Rojo, y otra de la Alemania nazi. Los gobernantes de Estonia, Letonia y Lituania aceleran los planes para demoler los monumentos soviéticos que quedan en sus espacios públicos y erradicar la docencia en ruso de sus sistemas educativos. Cientos de monumentos han sido derribados o retirados e infinidad de calles, parques, teatros o escuelas han sido renombrados. 

               Por su parte, el Kremlin trata de enardecer las fricciones étnicas existentes, sobre todo en Letonia y Estonia. El 13 de febrero, el Gobierno ruso puso en busca y captura a Kaja Kallas, la primera ministra estonia, y a 60 políticos bálticos.
         Los medios de comunicación rusos están vetados en Estonia, Letonia y Lituania desde la invasión de Ucrania. Putin ha utilizado la población rusófona como pretexto para la ocupación de territorios en Georgia y Ucrania. La cuarta parte de la población letona es rusófona y mayormente apoyan a Putin. En Daugavpils, la segunda ciudad de Letonia, donde más del 80% de la población habla ruso, el alcalde desafió hasta el final la orden de retirar dos monumentos y decenas de personas fueron arrestadas.  El Gobierno letón informó en 2022 a más de 25.000 personas de que debían someterse a un examen del único idioma oficial en el país para poder permanecer en él. Un tercio de los examinados —suspendidos— han recibido una prórroga de dos años para ampliar sus conocimientos.

     En unos años, las clases en ruso desaparecerán de los colegios de Narva (Estonia), donde el 97% hablan ruso, y de todos los de las repúblicas bálticas, donde el ruso no tiene cabida ni siquiera en los paneles de información turística.

         Lituania reclamó en solitario en la cumbre de la OTAN de 2008 “la adhesión inmediata” de Ucrania, fue el primer país en diseñar una estrategia para desvincularse del gas ruso, y el único aliado que suministró armamento letal al ejército ucranio entre 2014 y 2018.

          En Letonia se acaba de reintroducir el servicio militar obligatorio; Lituania lo recuperó en 2015, y en Estonia nunca llegó a abolirse. Además, las tres repúblicas bálticas han roto todos sus vínculos con la Iglesia ortodoxa rusa.

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