viernes, 5 de abril de 2024

2486 (V 5/4/2024) Más de Nadal (II)

 “Nadal, entusiasmado de ser parte de eso”
(de Iñigo Domínguez)
(Insisto, soy un devoto incondicional del tenista Nadal)

        Decía Montaigne, ya en el siglo XVI, que “nadie está exento de decir necedades, el mal está en decirlas con pompa”. Qué duda cabe de que es una de las lacras de nuestro tiempo. Continuaba diciendo: “Esto no va conmigo, que digo mis tonterías tan neciamente como las pienso”, palabras que suscribo, y siento que siempre lo paguen ustedes. Vivimos inmersos en una niebla de retórica de la peor especie. El último ejemplo, lo de Nadal. Al margen de consideraciones que ya se han hecho, me interesa cómo lo dijo, el lenguaje: “Mires por donde mires, en Arabia Saudí puedes ver crecimiento y progreso, y estoy entusiasmado de ser parte de eso”. Podría ser más cursi? más falso? más necio? Hemos hecho normales este tipo de sandeces, esta forma de expresarse. Hoy mismo ha ganado Trump en las primarias de New Hampshire augurándonos a todos lo peor, aunque no será por su culpa sino por la de sus electores. Mi vecino del quinto dice cosas así: “Después de estudiar varias opciones, mi mujer y yo hemos decidido hacer una hipoteca, estamos muy ilusionados con esta nueva etapa”. Y el planeta sigue rodando.

        Si me ofrecieran a mí lo de Nadal no digo que no fuera corriendo, pero yo tengo excusa: no estoy forrado. ¿Qué excusa pones si ya lo estás, que te falta el ferrari color pistacho? Pues ahí tienes todo el repertorio de tonterías positivas, porque no debe haber trabas a la libertad, a los retos, a vivir la experiencia, a derribar los límites. 
        Si eres superhombre o supermillonario o superfamoso tienes razón en todo, da igual lo que digas, personificas el éxito, la única medida, la mejor versión.  Seguro que está alucinando de que la gente se enfade.

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