No recuerdo con qué motivo ni en qué aniversario se ha recuperado estos días el recuerdo de Carl Sagan. Carl E. Sagan (New York 9/11/1934 - Seattle 20/12/1996) fue un astrónomo, astrofísico, cosmólogo, astrobiólogo, escritor y divulgador científico estadounidense, que inicialmente trabajó como profesor asociado de la universidad de Harvard y posteriormente como profesor principal de la Universidad de Cornell. No puedo evitar la ocasión para, recuperándole, condenar todo tipo de esoterismos por estúpidos, supersticiosos y execrables.
Pocos temas son tan importantes como los
que trata la ciencia de la astronomía ni tan palurdos como los que manipula
la falsa ciencia y perversa superstición de la astrología con sus supercherías (que si la confluencia de dos
astros influye en mi fortuna, que si el horóscopo patatín que si patatán) a
la que no voy a dedicar ni una palabra más.
La serie de tv Cosmos, producida
en 1980, con Sagan como narrador y coautor, fue la más vista en la historia de la
televisión pública estadounidense, con una audiencia de más o menos 500
millones de personas en unos 60 países.
A otro tema:
Hay que ver, con la fuerza de la gravedad…
Es un error bastante común
pensar que cuando lanzamos dos objetos, el más pesado llegará antes al suelo,
pues es normal pensar que un objeto muy pesado caerá antes (es decir a mayor
velocidad) que un objeto más ligero situado a la misma altura. Si pensabas que
los objetos más pesados caían más deprisa y acabas de descubrir que no es así,
no te culpes, Aristóteles pensaba lo mismo.
¿Por qué no experimentas?
Toma un balón medicinal (ése que tienes ahí mismo, en tu mesita de noche, por
ejemplo) de 5 kilogramos y un balón de baloncesto (también por ejemplo) reglamentario
de medio kilo de peso. Levántalos hasta la altura de tu cabeza y déjalos caer
al mismo tiempo, verás que ambos objetos llegan al suelo al mismo tiempo. (Trampa:
los dos pesan lo mismo!) Se dice que este mismo experimento lo hizo Galileo
desde lo alto de la Torre de Pisa con dos grandes esferas, una de madera y la
otra de plomo, demostrando que efectivamente llegaban al suelo al mismo tiempo.
(Pesaban lo mismo?!)
No acabo de creérmelo: ¿una pluma llega al
suelo al mismo tiempo que una bola de plomo? (en el supuesto de que no
sufran resistencia al aire? o sea en vacío? ah! bueno…)
Y otro:
No hay comentarios:
Publicar un comentario