miércoles, 30 de noviembre de 2022

2262 (X 30/11/2022) A vueltas con la Deuda

        A vueltas con la Deuda.
        Daniel Fuentes Castro, profesor de Economía en la Universidad de Alcalá (Madrid) y director de KREAB Research, dice: La deuda supone una carga que legamos a las generaciones futuras.
        Y no.
       Con la Deuda adelantamos el uso y disfrute de bienes y servicios a nuestras generaciones futuras, que podrán pagarlos en cómodos plazos gracias a una oportuna y correcta gestión de los recursos públicos por parte de sus mayores (nosotros). (Pulsa aquí): es más, la Deuda se paga sola. La refinanciación de la Deuda al 100% es fácil y continua mediante la emisión de Deuda o letras del Tesoro que siempre queda cubierta. Nuestros nietos solamente tendrán que pagar los intereses (mermando los ingresos fiscales futuros en ese mismo importe.) Pero es que ni siquiera eso ocurre si los intereses son inferiores a la inflación de cada año venidero. (Esto os lo puede explicar cualquier economista que tengáis a mano. Aquí se alargaría.)
      Más adelante en el texto nuestro profesor recula y se autocorrige debidamente: Cuando se afirma que estamos dejando a nuestros hijos o nietos una carga insoportable, no es exactamente así. "Aunque no sea deseada, es posiblemente la menos dañina de las variables de ajuste ante eventos como los vividos en estos años. Imaginemos qué habría sido de la economía española sin esta válvula de escape."
       ¿Qué es, concretamente, lo que la deuda de hoy supone a las generaciones futuras? ¿Es una carga?
         Sin duda, eso es cierto, pero no es todo. “A diferencia de las personas físicas, los Estados tienen una longevidad perenne, lo cual les habilita para refinanciar su deuda de manera sistemática: lo saldan con una nueva emisión de deuda. De esta manera, la carga resultante son los intereses, no el principal de la deuda… Por otra parte, ¿no es razonable que el coste de determinadas inversiones e infraestructuras físicas y sociales que van a beneficiar a más de una generación de contribuyentes se reparta en el tiempo? ¿Qué país dejaríamos en herencia si no fuera por la deuda pública? ¿Es un coste excesivo en comparación con el beneficio que aporta? Sin duda, es necesario reducirla” (cuando y como convenga), pero a menudo se nos olvida que la deuda pública, como la privada, tiene su razón de ser.
       Por lo demás, "es poco probable que una senda de ajuste presupuestario, por benevolente y voluntariosa que sea, vaya a ser suficiente para conducir las actuales ratios de deuda hasta el 60% del PIB fijadas en el Tratado de Maastricht."

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