Las
mentiras "sin complejos" en la política han llegado para quedarse.
Mentiras que al aceptarse se repiten y convierten en instrumento de cohesión
del grupo. El grado de derechización de los partidos reaccionarios lo marca la desvergüenza
con que exhiben sus mentiras.
Un
magnífico ejemplo de wishful thinking (deseo-pensamiento, confundir la
realidad con el deseo): según Pablo Casado, España está en quiebra.
Nuria Labari comenta un tuit de Laura Alzola sobre el beso de
cortesía a la mujer en los saludos. El tuit dice así: "Que no vuelvan
los dos besos a las mujeres en el ámbito profesional, por favor". El
debate habla de si beso o codo después del covid, si saludos con la cabeza o
apretón de manos... Saludar a las mujeres con dos besos y a los hombres con un
apretón de manos es una forma de subrayar el género... Y un menosprecio a las
mujeres por el hecho de serlo..., y una humillación. Es evidente que a Laura
Alzola no le gustan estos besos. (Era el último
reducto que nos quedaba a los tímidos. Ahora ya, ni eso.)
Oigo,
y lo oigo demasiadas veces, que los artistas no deben ser políticos. Como si el
ser humano, zoon politikon, pudiera sobrevivir sin los demás. Decir eso
es confundir la política con los partidos políticos. Mientras que la primera es la
búsqueda del interés general por encima del particular, los segundos luchan
descaradamente por lo opuesto, sus propios intereses (el dinero, el poder...),
por encima del interés de los demás (mientras proclaman a voces todo lo contrario).
Y para ellos este fin justifica cualquier medio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario