miércoles, 29 de septiembre de 2021

2106 (X 29/9/2021) Puertas giratorias, la inflación y un nuevo derby

Crítico momento para los 43 (43!) políticos beneficiarios de las puertas giratorias  en los Consejos de las Hidroeléctricas. Ha llegado la hora de que se pronuncien o en favor de los ciudadanos o de los que les rellenan sus pesebres cada mes. Empiece usted, sr. González!

Socorro! la inflación!

       En las estadísticas hay que prescindir de las puntas de sierra máximas y mínimas para evitar que distorsionen la media real.   /   El grado de glucosa basal en la sangre (que siempre es puntual) no debería servirnos para diagnosticar correctamente, por lo que es preferible utilizar el dato de la glucosa media del último trimestre.   /    Algo similar ocurre con el IPC (índice de precios del consumo) que nos informará de la inflación mejor si prescindimos de los oscilantes precios -puntuales- de la alimentación y la energía (lo que nos dará la inflación subyacente, más útil y fiable). / De nada. 

 David Trueba nos retransmite un nuevo derby Madrid-Barça:

               
              En Madrid no hay otro proyecto urbano que hacer caja. Hay una esclavitud demasiado evidente del discurso del dinero, que sacrifica al ciudadano para premiar el puro negocio. Todos los españoles que crecimos en el desarrollismo sabemos que detrás de esa bondadosa idea de primar el empleo, el crecimiento, en demasiadas ocasiones se esconde el desastre ecológico, la corrupción y la pérdida de lo colectivo hacia el bolsillo del oportunista enriquecido. Ni la bici, ni el Madrid sin coches, ni la ciudad para el peatón ni el transporte público han merecido otra cosa en la capital que no sea desprecio, desguace y desatención. A cambio, la terraza comercial le ha pegado una patada en el culo al vecino y lo ha mandado fuera de su calle.

  Por otra parte, en Barcelona, que intenta espacios colectivos, hay algo mucho más interesante que ese caos que denuncian a voz en grito los interesados en quedarse la ciudad para sus negocios. A la hora de permitir las terrazas a la hostelería ha buscado ocupar zonas cedidas al coche y no seguir robándoselas al peatón. Junto a supermanzanas y parques de barrio fomentan la igualdad social frente a la segregación por clases que bendicen las autoridades en Madrid donde el barrio rico lo distingues por la superioridad de sus servicios públicos, limpieza, paso de peatones, regulación de tráfico. Por otra parte, el procés, como era previsible, a quien más ha dañado es a la capital cosmopolita y de acogida que siempre fue Barcelona, alérgica al ombliguismo.

(Justo lo contrario de lo que escribió recientemente sobre este tema un decadente Javier Marías.)

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