Almudena Grandes escribe en su columna Radical del lunes 6/9/21, en El País, reivindicando la radicalidad contra la tolerancia en materias tales como los derechos y la libertad de la mujer en Afganistán. Y quiero referirme a ella para adherirme a todo lo que dice a fin de evitar equívocos con mis últimos comentarios sobre el respeto que me merecen las culturas que no comulgan con nuestros valores. Claro que sí, que tenemos que protestar airadamente contra la humillación de la mujer en los países árabes, su dificultad de acceder al trabajo y a la enseñanza, su desigualdad económica, jurídica y social, su libertad, etc., e incluso intervenir en lo posible contra ello, con presiones internacionales de todo tipo incluidas. Pero hay límites y formas. Colonizando un país durante vente años y protestando después porque sigan vigentes sus tradiciones y creencias, no.
Expolios a gogó de inmuebles por parte de la iglesia Católica, la pobre.
El
Gobierno contabiliza 20.014 templos y 14.947 fincas inscritos por la Iglesia de
forma “legal” gracias a la execrable reforma del expresidente Aznar, de nefasta memoria.
Juan G. Bedoya nos
informa sobre el último Congreso de Teólogos Juan XXIII. La Asociación de
Teólogos Juan XXIII criticó a los obispos por las inmatriculaciones realizadas
durante décadas (34.962, exactamente) en su 40º Congreso de Teología, celebrado
de forma telemática desde el pasado viernes día 3 de septiembre. El lema del
congreso era “El neoliberalismo mata”. Con la apropiación de esas decenas de
miles de bienes, la jerarquía contraviene el mandato de Jesús de no acumular
tesoros en la tierra, hace oídos sordos a la petición de que devuelva dichos
bienes al pueblo y se coloca del lado del neoliberalismo que mata, acusa el
manifiesto con el que la asociación clausuró el evento.
La organización
afeó también a la Conferencia Episcopal Española (CEE) su presencia en los
impresos de las declaraciones de la renta. “Con la asignación tributaria
destinada solo a la Iglesia católica, que este año ha recibido 301,7 millones
por ese concepto, la jerarquía se apropia de un dinero que debería destinarse a
fines sociales”, señala el texto.
Pedro Casaldáliga califica
el neoliberalismo como “la gran blasfemia” del siglo XXI… Las situaciones de
injusticia estructural, pobreza extrema, desigualdades crecientes, violencia de
género, discursos y prácticas de odio contra personas inmigrantes, refugiadas y
desplazadas, LGTBI y el deterioro del planeta... son en buena parte
consecuencia del neoliberalismo.
La teóloga
feminista brasileña Nivia Ivette Núñez de la Paz denuncia: “Las mujeres forman
parte de los bienes intercambiables y son objetos regalados
de unos hombres a otros. Sus cuerpos se ofertan en mercados al alza como el de
la prostitución, los vientres de alquiler y la pornografía. Sexo y mercado
están deviniendo más compañeros que nunca. El neoliberalismo económico en
alianza con el patriarcado se convierte en neoliberalismo sexual. Tamaña
alianza ha desembocado en odio hacia la vida de las mujeres con el resultado de
decenas de miles de feminicidios”, concluye el manifiesto a partir de ese
debate. Según los congresistas, existe una alianza entre el neoliberalismo
económico y el patriarcado religioso, “a la vista de la discriminación y la
violencia de género, ejercidas por las jerarquías religiosas, en nuestro caso
por la jerarquía católica, que niega a las mujeres el reconocimiento de sujetos
morales, eclesiales, teológicos y sus derechos sexuales y reproductivos”.
La reflexión sobre el texto evangélico que da
título al congreso estuvo a cargo, como lección de clausura, del teólogo y profesor
José Arregi, con este reto: O Dios o el dinero: contra el
neoliberalismo en la óptica de Jesús. Franciscano durante 47 años, abandonó
la congregación, el santuario guipuzcoano de Aránzazu y el sacerdocio cuando el
obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, le retiró sin contemplaciones la
licencia canónica. El manifiesto recoge sus críticas a la defensa y
mantenimiento por los obispos de los privilegios económicos, fiscales,
educativos, culturales e incluso militares “que incumplen”, dijo, “la exigencia
de Jesús a sus seguidores de no llevar bolsa, ni alforja ni calzado".
P/S: La última vez
que visité la mezquita de Córdoba me cobraron 10 €, no sé cuál será la tarifa
actual: "para gastos de mantenimiento", intentaban justificarlo. Rotundamente falso:
la Junta de Andalucía corre con todos los gastos de mantenimiento de los
monumentos religiosos por ser bienes de interés cultural. Así que recordadlo, primero
los roban y nos esquilman y luego, encima, nos mienten.
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