Los días en que los hombres blancos podían invadir tierras asiáticas y africanas con pretextos humanitarios se han acabado. Pankaj Mishra atribuye la debacle afgana a delirios neoimperialistas de algunas élites estadounidenses y europeas, y a la incapacidad occidental de comprender otras realidades.
(La siguiente foto muestra uno de los grandes monstruos engendrados por la colonización de una cultura y la consiguiente imposición de valores e instituciones del país invasor: una urna liberadora utilizada por una votante con burka, símbolo de esclavitud.)
Guillermo Abril y Claudi Pérrez nos informan desde Bruselas:
Bruselas
pone condiciones para el reconocimiento del nuevo régimen político del Estado
de Afganistán: 1. que permita abandonar el país a quien lo desee y no tome
represalias contra personas vinculadas a potencias extranjeras o del régimen
anterior; 2. que evite convertirse “en un refugio para el terrorismo”; 3. un
“acceso sin restricciones” de la ayuda humanitaria; 4. el respeto de los
derechos humanos y las libertades fundamentales, especialmente de las mujeres y
las niñas, y de las minorías”, y 5. el “establecimiento de un gobierno de
transición inclusivo y representativo.
Biden confiesa que el objetivo de USA nunca fue establecer en Afganistán la democracia sino tan solo acabar con el terrorismo.
Refugiados afganos: en Pakistán 2 millones, en Irak 3, en Irán 3,5; en Turquía, 4.
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