domingo, 20 de octubre de 2019

1970 (D 20/10/19) No entendéis nada!

El recurso “es que no nos entendéis”, repetido como un mantra por los secesionitas catalanes desde hace años,
    - es un blindaje de una obcecación más que una lamentación por la falta de diálogo;
     - es a la vez causa y efecto de la fractura que sufre Cataluña (algo que muchos independentistas no quieren entender);
      - es una verdad como la copa de un pino si se refiere a los políticos;
    - es el argumento propio del creyente en una fe, sea de una religión o de un nacionalismo;
      - es un recurso emocional que no acepta un marco racional para un diálogo.
       Antes de reproducir un resumen de un texto ajeno quiero denunciar que el joven que incendia las calles de su ciudad, si no es un profesional de la violencia, es menos responsable de sus actos que quienes le inducen a hacerlo y que los verdaderos culpables del caos del cual se esconden, como ratas en las alcantarillas del poder, son los autores intelectuales, en este caso los políticos taimados de la independencia unilateral y pacífica (oxímoron donde los haya).
      Procedo (a la cita del texto ajeno ¿Incomprensible? de Iñigo Torres Estévez): “… se instrumenta la ciudadanía como estrategia de conquista del poder, en un proceso de abajo arriba, pero impulsado, claro está, por los de arriba…. (algo que ya) propuso Gramsci para provocar cambios sistémicos mediante la instrumentalización de la sociedad… El independentismo ha superado los mecanismos objetivos de la razón política incidiendo en los elementos subjetivos del individuo: la moral, las emociones y la identidad. Pues bien, la construcción de esta voluntad popular nueva, “la voluntad de un pueblo” que anunciaba Artur Mas es, según la teoría de Gramsci, la etapa anterior a la lucha por la hegemonía política, no la lucha por la independencia… El catalizador del conflicto es el manejo de la frustración social que genera el concepto del “derecho a decidir” que es el rol de las masas (tsunamis). El conflicto institucional y social permanente no se propicia para lograr la independencia, sino para visibilizar la represión y ensanchar la base social catalana. La política de confrontación y el  artículo 155, al menos en un primer momento, representaría otro éxito del procés... El referéndum del 1-O no perseguía consultar a la ciudadanía, sino visibilizar una opresión ilusoria y, en particular, sembrar una frustración insoportable, fundamental para ampliar la base hacia los no nacionalistas. En esta lógica la verdad se define como lo que genera realidad, es decir, lo que tiene capacidad de seducir a las masas, aunque sea una gran mentira” (la fakenews, la postverdad del elefante de Lakoff).

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