En los comienzos de la Era de
la Informática y hasta la década de los 80 las mujeres jugaron un papel clave
como programadoras. Qué pasó para que desaparecieran? Jordi Perez Colomé nos
instruye al respecto: que ocurrieron tres cosas. Una, que el software cobró
protagonismo, se pagó mucho mejor y los hombres acapararon los puestos directivos.
(Y como directivas no se las dejó.) Dos, llegaron los ordenadores personales, y
los padres se los compraban a sus hijos varones: era como si los PC no
conjuntaran con las niñas. Y tres, menos aún hacía juego con ellas el papel friki asocial que se asoció desde el
comienzo, y con razón, a los que se encerraban en su cuarto con los
ordenadores. (Os imagináis a las mujeres encerradas –en sí mismas?– si no
fueran autistas o neurasténicas?)
“Vamos a hacer hablar a las máquinas, al
software y a la inteligencia artificial en femenino”, dice la catedrática
Amelia Sanz, que dirige el Master en Letras Digitales en la Universidad
Complutense de Madrid, cuyo alumnado es un 90% femenino. “Estas chicas llegarán
a los órganos de decisión. Y feminizarán y humanizarán la informática así como
su gestión”.
Por lo pronto, la productora Lust cinema
de Erika Lust ha irrumpido en el mundo del video porno para aportarle una
mirada femenina.
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