sábado, 24 de agosto de 2019

1914 (S 24/8/19) La(s) cabina(s)


En 1972 Antonio Mercero dirigió el mediometraje La Cabina, de 37 minutos, con guión escrito por él mismo y José Luis Garci, e interpretada por J.L. López Vázquez. Los que no tenéis edad para haberla visto no la podréis recordar pero los que la vimos no podremos olvidarla. El único personaje queda atrapado en una cabina telefónica desde donde no se puede comunicar con el exterior. Termina transportado, dentro de la cabina, por una grúa que lo vuelca en una escombrera. Ved un resumen aquí:        https://youtu.be/6-Ia9y1wMHk
       Juan Tallón escribe una crónica sobre el estado actual de las cabinas y su imparable extinción. “En Japón algunas ahora son acuarios, en Nueva York y Londres galerías de arte, bibliotecas o minipubs, en Helsinki baños, en Vancouver refugios para personas sin hogar... En un episodio de Futurama derivaban en máquinas de suicidio, con un coste muy competitivo (0,25 dólares), en las que podías elegir muerte rápida y sin dolor, muerte lenta y horrible o muerte torpe. En España las cabinas (que quedan, 15.450) ya sólo registran una media de 6.180 llamadas al día (con lo que no llegan a una llamada diaria, contra las 100 millones de llamadas que hacemos por los móviles, y 125 millones de whatsapps). Atrás queda una historia que empezó en 1928 con el primer teléfono público, que se instaló en la sala de fiestas Viena Park, en el parque de El Retiro. En 1966 llegaron a la vía pública. Hace 20 años que empezaron a retirarse de las calles. Su ocaso pronto será total.


Los perros se comunican por medio de la orina. Haciéndolo en los lugares adecuados, informan si están en celo, si estás en su territorio, y no sé si hasta citas a ciegas… Por eso cuando limpiamos su meada realizamos (para ellos) un acto de vandalismo al destrozar sus cabinas de telecomunicación.

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