Los tres que fuimos a verla lo
pasamos bomba (por más que a Boyero no le gustara, le parece hueca y le ponen
nerviosos sus personajes). Se trata de una macabra, retorcida, y rocambolesca historia donde se reflejan las miserias humanas de forma divertida. Muy divertida. Dura más de
dos horas pero se hacen cortas. Dirigida por Campanella e interpretada por Graciela Borges, Oscar Martínez, Luis Brandoni, Clara Lago, Marcos Mundstock y Nicolás Francella, te engancha desde el mismo comienzo con su retórica argentina y diáologos trepidantes sin llegar a caer en la pedantería. Todo transcurre de un modo tan natural y lógico que cuando la película se exhibe como lo que es, una astracanada delirante, tienes la impresión de que se desmadra a lo Agatha Cristie elevada a la enésima potencia, hasta que te recompones y te rematan con la escena final donde ya permites todo.
La comadreja es un animal extraordinariamente
curioso y audaz, también muy voraz, y puede dar caza a animales de tamaño
bastante superior al suyo, como es el caso de liebres o conejos. Siente
predilección por la sangre de sus víctimas, siendo ésta la primera substancia
que aprovecha al cazar a un animal. Cuando se encuentra en peligro desprende un
fuerte olor característico. “Las comadrejas no se cazan, ellas se acercan a ti”.
“Y tú qué sabes hacer? Yo? nada, yo soy el director.”
Los
que escribimos (mal) e hicimos cine (peor) llega un momento de punto y aparte dónde ya no sabemos seguir. Los maestros, como Campanella o Almodóvar, llegan al punto y
aparte y siguen tan tranquilos recomponiendo, complementando o deleitándose con
la escena que, habiéndosse acabado, continúa. Con ese arte te pueden llevar a
donde quieran. Y lo hacen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario