sábado, 20 de julio de 2019

1880 (S 20/7/19) La saga de los Kennedy


     El 16 de julio de 2019 se cumplían 20 años de la muerte de John John, que falleció en accidente de avioneta frente a la costa de Martha’s Vineyard, junto con su mujer Carolyn Bessette, de la que se estaba separando (ya vivían en residencias separadas).
   Joseph Kennedy, su abuelo y padre de J.F.K., pretendía instituir su linaje pero la saga se acabó con su nieto John John, el hijo del presidente asesinado en Dallas en 1963. Cuando su padre J.F.K. murió, John John tan sólo tenía dos años. El 16 de julio de 1999, cuando John John se mató en el accidente, tenía 38.
       El abuelo, Joseph P. Kennedy (1888/1969), católico irlandés, diplomático y adinerado, vio a su hijo John Ftzgerald proclamarse presidente de USA, a su segundo hijo Robert convertirse en Fiscal General del Estado, y al pequeño Ted en senador por Massachusetts. Los dos primeros murieron asesinados y el tercero en un sospechoso accidente de automóvil. El hijo de JFK, John John, se aprestaba recoger la antorcha familiar para cumplir el sueño del abuelo.
       Si W. Churchill sólo prometió a sus electores británicos “sangre, sudor y lágrimas” cuando declaró la guerra (mundial) a Alemania, John F. Kennedy recriminó a sus votantes: “no penséis en qué puede daros el país a vosotros, pensad más bien qué podéis hacer vosotros por el país”, más o menos. Pero no sé si en su vida fue más importante Kruschev o Marilyn Monroe.
       John John era abogado, periodista, editor y amante de riesgos. Obedeciendo a la llamada de la sangre, decidió presentarse a Gobernador por New York. Y a lo que fuera de ahí en adelante. Pero el accidente aéreo truncó sus proyectos y el susodicho sueño del abuelo. Los días previos al vuelo tenía el tobillo escayolado, tras un accidente en paracaídas. En cuanto el médico se lo quitó se subió a la avioneta para acudir a la boda de su prima Rory en la lujosa residencia de Martha’s Vineyard, zona residencial a 55 millas de Plymouth Ma., donde desembarcó en 1620 el Mayflower, y a menos de 100 millas de Boston capital. Pilotaba a ojo. Y una densa niebla parece que le desorientó y le hundió en el mar. A los dioses les agrada que los “héroes” mueran jóvenes.

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