1. Mas Calamar
Artur Mas Calamar se erige en líder del
movimiento secesionista con el que nunca tuvo nada que ver. CIU, como el PP, es
un partido de derechas, cuyo máximo (y casi único) valor son los diners. Y ya sabemos que el dinero ni
quiere ni acepta fronteras, pues necesita viajar libremente. Pero estas emociones
le vienen bien a CIU como cortinas de humo, o chorros de tinta de calamar, que
los cubra de sus depredadores, para no tener que explicar a los contribuyentes
catalanes qué se hizo del 3% de comisiones en las obras públicas que han venido
practicando los gobernantes de esa comunidad autónoma para su beneficio
particular y partidista durante los últimos 23 años; o qué pasó con el Palau de
la Música que
parece se ha quedado en música celestial; o con los condenados de CIU que,
indultados, son recibidos como
triunfadores… Como bien ilustró El Roto, una
buena bandera lo tapa todo. La patronal ya se ha expresado en contra de esta
“frivolidad” y han amenazado con irse de Cataluña si llega a conseguir la
independencia. Hasta la editorial Planeta tendría que trasladarse al país en
cuya lengua se expresan sus publicaciones.
En
cuanto al independentismo, según recientes sondeos, un tercio de la población
desea ser sólo catalán contra dos tercios que no ven incompatible ser catalán y
español al mismo tiempo. Y si son tres de cada cuatro los que quieren votar en
un referéndum, sólo uno de cada dos votará por la independencia. Una solución
federal pasa por un reconocimiento de la diversidad, una aceptación de la
solidaridad, y un desarrollo de la
Europa federal que aún le queda lo suyo. Los problemas
inmediatos se centran en “reconocimientos simbólicos” (nación y lengua) y
distribución de recursos (competenciales y financieros). El señuelo actual de
la independencia es el de un paraíso done todos seremos felices y ricos sin
tener que trabajar, por el mero hecho de no formar parte de España. Si estarán
ofuscados los defensores a ultranza de la independencia que, a título de
ejemplo, llegan a exigir la derogación del Decreto de Nueva Planta promulgado
en 1715 por Felipe V…, ignorando que ya fue derogado expresamente en 1978 al
promulgarse la
Constitución, ésta que parece que tanto les oprime.
“Huelen a rancio los victimismos,
las referencias a expolios, las angustias sobre identidades sagradas y eternas
hoy amenazadas desde el centralismo. Los políticos, en lugar de exacerbar estos
instintos viscerales, deberían no excitar este tipo de emociones. Pero si no lo
hacen, es nuestro deber evitar que fomenten nuestras pasiones en favor de sus
propios intereses”, rematamos esta reflexión con un texto de J.Alvarez Junco,
catedrático de Historia en la Universidad
Complutense de Madrid.
2. Y la iglesia, qué?
Aquí sufriendo todos más que el toro y el
caballo del Guernica y la iglesia tan campante, disfrutando de los privilegios
que en materia de educación y financiación heredaron del franquismo. Y sin
mover un músculo, no sea que se salgan de cuadro de la foto.
La
jerarquía eclesiástica nunca creyó en los valores de la soberanía popular, el
fortalecimiento de la sociedad secular y de las libertades democráticas. “Por
eso hoy es más una fuerza de fragmentación que de unión. Y por eso se manifestó
continua, airada y públicamente en contra del aborto, de los matrimonios
homosexuales, del reconocimiento de las víctimas del terrorismo (“porque abría
viejas heridas”, manda huevos) y de la Ley
Orgánica de Educación (LOE) donde unió la defensa de la
religión con su peculiar concepto de la libertad de enseñanza”. Durante los
ocho años de todo el gobierno del PSOE utilizó el engaño y la propaganda para
auxilio espiritual y material de la
derecha política, exigiendo a los creyentes a darle el voto al PP.
Ahora, sin embargo, guardan silencio y predican la resignación ante los
sacrificios que impone, en contra de su gusto y voluntad, el actual gobierno.
Pero es que, con la educación y
las finanzas a salvo, para qué descender a los problemas mundanos?, remata el
tema Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de
Zaragoza.
3. Fuera todos! emigrantes!
El presidente del IBEX35, grupo de la Bolsa que incluye las 35
empresas más importantes del país, amenaza (o avisa) que si invierte, no será
en España donde lo haga sino en cualquier otra parte que mejor le convenga a
sus intereses. No hacía falta que lo dijera. Ya lo hacen. Pero el resultado
curioso es que si los trabajadores tienen que emigrar por falta de empleo, los
estudiantes tienen que buscarse la vida en el extranjero al recortarse los
gastos en educación, investigación y desarrollo, y ahora los empresarios
también quieren emigrar…, quién va a quedar aquí? Pero todos podrán volver, de
vacaciones o de jubilados, a disfrutar del sol y las playas del Edén en que
habremos convertido este país libre de actividades económicas y laborales.
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