1. Además del euro, 6
Seis intentos hubo anteriores al euro para
unificar monedas en Europa occidental. La primera fue la apuesta por una moneda
latina en 1865/1927 que no llegó a cuajar... por Grecia! La segunda, la
escandinava, también fallida en 1873/1914. Las cuatro siguientes tuvieron
éxito: el franco suizo, la lira, el marco y el dólar (cuyo proceso tardó 120
años! consiguiendo imponerse sólo cuando se federalizó la deuda de los estados
miembros de la Unión),
pero en los cuatro casos el éxito fue posible sólo porque se llegó al final del
proceso: la unión política. Si la autopista crea tráfico y el árbol atrae la
lluvia, igualmente la moneda más que efecto es causa de las uniones políticas.
Lo cual se explica si se entiende que “una moneda sólo existe cuando está
respaldada por un presupuesto, una fiscalidad y unas políticas mutualizadas”.
Así lo asegura Bernard Henry-Lévy, superviviente del mayo del 68. Sin
federación, sin unidad política, no hay una moneda única real. La que tenemos
ahora en euro(pa) es un proyecto, algo que puede quedarse en un fantasma
abstracto, virtual, si no se mutualiza la Deuda y la política, si el actual euro no llega a
euro-pa. Si prevalecen los “soberanistas” europeos, veremos en nuestra moneda lo que no pudimos ver en lo que habría sido el dólar si los sudistas en USA
hubieran ganado la Guerra
de Secesión.
2. Rico en tacos
El burdo, infumable y energúmeno mal-auto-llamado
periodista Federico Jiménez Losantos ha sido condenado por insultos gratuitos,
continuos e injustificados, a indemnizar con 100.000 € a J.Antonio Zarzalejos,
entonces director de ABC. Lo hacía
como locutor de la cadena de los obispos, lo que no le sirvió de atenuante.
Nosotros, sin embargo, podemos llamarle estúpido, histriónico, histérico y
acémila, porque estos epítetos, en este caso que nos ocupa, no son un insulto
gratuito sino un diagnóstico.
3. La paloma y el gorrión
Sevilla, 30/9, domingo, 8:30 am, en mi
barrio antes de desayunar. Una paloma picotea una miga de pan tan grande como
su cabeza. De pronto aterriza un gorrión y en el vuelo le arrebata la pitanza,
dándole la espalda a la paloma y comiendo la migaja a 5 cm de ella. La paloma no se
muestra ni siquiera ofendida, hace como que no lo ve, mira para otro lado y se
acerca a otro trocito de pan para picarlo. Y eso es todo. Ahora viene mi
reflexión. Para mí que esta paloma está tonta o trastornada, casi seguro que ni
siquiera liga. Y el gorrión cómo puede ser tan fresco, y tan osado, si no tiene
media torta y la otra le puede abrir la cabeza de un solo picotazo… Debe ser el
entorno urbano que los tiene desnortados. En la ciudad, al tener asegurada la
ingesta de alimentos durante todas las estaciones, estos animales están en celo
durante todo el año, y no sólo en primavera. Se han adaptado. Y si al nacer lo
que ven es un individuo de otra especie, por el efecto troquelado de Lorenz se
ven a sí mismos como si fueran de la especie del individuo al que ven nada más
nacer. Está claro, no? O sea, que el gorrión vio una paloma al nacer y se cree
paloma, eso explica lo del cuento del patito feo, y la paloma se ve a sí misma
como un gorrión. Es lo que tiene el medio urbano, que nos afecta y distorsiona
la percepción que uno tiene de sí mismo.
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