lunes, 2 de julio de 2012

392. reflexiones y otros disparates del día (2/8/12)


1. El GPS
Cuando se pasa de los 60, o incluso de los 50, preocupan nuevas cosas que antes no nos afectaban. Alzheimer? demencia senil? es lo mismo? No me acuerdo bien pero creo que se pierde la memoria, como dicen que le está ocurriendo a García Márquez, y que por eso no escribe, y que se disipa el reconocimiento de espacios… De pronto, gasolinera a 2kms a la derecha…, oigo bien claro, este  GPS suena igual que el de Teresa, y claro! tengo ya la alarma del depósito encendida…, pero si yo no tengo GPS! Sobresaltado, aparqué en el arcén para buscar de dónde salía aquella voz. De dónde iba ser, de la radio. Era un anuncio comercial. Me lo vais pillando? O lo de ayer, dando un paseo por el pueblo…, que de pronto me percato de que no reconozco las calles ni ninguna casa. Asustado, me paro a respirar hondo. Y entonces me percato, claro! cómo lo iba a reconocer si es la primera vez que visito este barrio donde nunca antes había entrado… Igual, igual que García Márquez. Pero yo no salgo en los medios como él.
2. Los ricos son diferentes
No son como vosotros y como yo. Es Krugman quien lo dice, en su artículo de esta semana. La diferencia consiste en que esperan de nosotros un grado de deferencia, el mismo que nos niegan a nosotros. Pues piensan que son mejores que los demás. Es por eso que los empresarios a veces no invierten como debieran, o sería razonable para sus arcas: porque en esos momentos no se sienten suficientemente halagados, que es su motivación, y se les baja la autoestima. El egocentrismo, que todos practicamos y necesitamos en mayor o menor grado, en el caso de los ricos es patológico pues delata su debilidad psicológica y consiguiente complejo de inferioridad. Sus efectos son perniciosos, a saber, que no soportan que las normas que se aplican a otros también se les quiera aplicar a ellos. Hasta aquí el economista profesor de Princeton. Y ahora añado yo: La necesidad de ser diferentes y halagados más que un complejo de inferioridad de los ricos es una patología que les incita compulsivamente a separarse de los indigentes, distinguirse de los pobres, con lo que se “justifican” (inconscientemente?) cuando toman medidas para masacrarlos, hundirlos, ponerlos en su sitio, en el que les corresponde. Así se explica que los políticos españoles vengan castigando a los más necesitados con ensañamiento, tanto más cuanto más necesitados.
3. Calvario
Joaquín Estefanía nos recuerda que Keynes recomendaba supeditar las medidas a largo plazo a las que tuvieran efectos inmediatos. En 100 años, todos calvos. Nuestra capacidad de predicción (en materia económica) es tan poco fiable que no parece prudente sacrificar una situación actual por una ventaja futura dudosa. Sobre todo si “ahorran en perejil para seguir inflándose a caviar”, que cabrea, eh? que cabrea lo suyo. Cuando el gobierno apela a los frutos futuros de su política actual macroeconómica olvida los cadáveres y heridos que va a dejar en el via crucis por el camino. Es posible que esto ayude a que proliferen marginados y poetas: La globalización distorsiona de tal manera nuestra mirada que acrecienta el tamaño de nuestra soledad al tiempo que nos achica el mundo…

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