viernes, 20 de abril de 2012

280. reflexiones y otros disparates del día (20/4/12)

1. Un gobierno asustado es peligroso
El sesgo que la represión policial viene tomando quieren legitimarla con una ley que criminalice las manifestaciones. Al incluir como delito la resistencia pasiva del manifestante incluyen desde el 15-M hasta a Sartre, pasando por Mahatma Gandhi. Al calificarnos como enemigos se autodeclaran enemigos de la población civil. Un alumno de Primero de Psicología sabría ver de inmediato el miedo que estas medidas delatan. Aparte de una mentalidad antidemocrática total. “Con estas medidas, dice Nicolás Abancéns, de Zaragoza, lo que se persigue no es castigar conductas delictivas que se produzcan en el transcurso de las manifestaciones, para las que ya existe una normativa adecuada, sino crear un clima de miedo entre los ciudadanos para que no se atrevan a manifestarse”
2. Monoteísmos
Se queja Waleed Saleh de que veamos fanatismo en el Islam y no en las demás religiones (monoteístas, añado yo). Y lleva razón. Si algunos muslimes protestaron de una forma violenta e inaceptable por una caricatura de Mahoma en un periódico danés en el 2005, también Europa reaccionó airada contra la película La Pasión de Cristo, hasta el punto de que llegaron a rasgar con una navaja la pantalla donde se proyectaba. La críticas de Leo Bassi contra el cristianismo provoca reacciones virulentas contra él, que fue llevado ante los tribunales españoles por el delito de herir sentimientos religiosos. Por no hablar de
los rabinos israelíes que instan al ejército a que maten a civiles palestinos. Y es que el fundamentalismo, la intolerancia, el dogma, la violencia, el terrorismo de conciencia (castigos horrendos y eternos al que no se doblegue) son connaturales a la religión (monoteísta). Los monoteísmos son una maldición, una enfermedad, que pervive en nuestra sociedad de la que hay que erradicarlo con una formación cultural laica. Un religioso moderado es un contrasentido. No se le pueden pedir peras al olmo.
3. Déficit estructural
Se trata de distinguir entre el déficit que debe cubrirse con un equilibrio entre ingresos y gastos (ambos) y el que puede cubrirse con motivo de la recuperación (económica). Hasta el New York Times se atreve a denunciar la estúpida política de ajustes con la que, por orden de   Bruselas, este Gobierno va a aniquilarnos. Ya, por fin, parece que se acepta la evidencia de que sin crecimiento no hay ajuste que valga, es más, que la austeridad impide el crecimiento, porque aumentará el déficit y el paro, en un círculo vicioso autodestructivo del que no saldremos nunca hasta tanto se olviden de los malditos ajustes. Pues bien, a pesar de que ya lo aceptan, persisten en sus trece. Como si la austeridad, en época de recesión, hubiera funcionado nunca en ningún lado. Es por eso que el mercado de inversores eleva la prima de riesgo, antes por el paro, ahora por el paro y por la absurda política contra el déficit presupuestario. El diario neoyorquino nos emplaza a “más inversiones y reformas para el crecimiento y menos obsesión por la aritmética deficitaria cortoplacista” (y miope), El pedal que hay que pisar no es el del freno sino el del acelerador! Persiste el miedo a la inflación. Cuando el problema es el paro. Cuando en estas circunstancias la inflación no sólo no nos perjudicaría sino que incluso nos beneficiaría! y ayudaría a la recuperación. Por qué? pues porque, entre otros motivos, la deuda privada (sobre todo hipotecas) ahoga la recuperación y la inflación reduciría automáticamente la “deuda real” permitiendo el aumento de la demanda privada que es lo que más necesitamos.

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