1. El PSOE tiene la culpa de que no llueva
J.A.Alonso Serrano se expresa en carta al director de un diario como sigue
(mis añadidos en cursiva): “Después de pasarse la última legislatura (
como partido de la oposición) poniendo palos, piedras, periodistas, obispos, jueces y todo lo que estaba a su alcance en las ruedas del gobierno…, ahora nos pide que le entendamos, apoyemos y nos pongamos de su lado.
Después de, con el legítimo fin de ocupar el poder, justificar todos los medios, a cual más perverso pues incluían mentiras, descalificaciones personales y hasta muertos por el terrorismo, ahora nos salen que en el caso Garzón el fin no justifica los medios (como si los medios utilizados por el juez, pinchar teléfonos, hubieran sido perversos). Después de pasarse cuatro años de manifestación en manifestación una

semana sí y otra también por absolutamente todo, nos piden que (
ante la reforma laboral y los ajustes y recortes sociales) seamos responsables y nos quedemos en casa, sin protestar por lo que creemos justo y razonable,
porque lo que hace el gobierno es justo y razonable. Después de asegurarnos que su mera victoria en las urnas derrotaría la desconfianza de los mercados, saldríamos de golpe de la crisis y no subiría impuestos, su primera medida ha sido subir los impuestos”
y cantar las “verdades” al lucero del alba amenazándonos con no salir de ésta en el presente año, ni quizás en el siguiente. Y dado que la culpa de todo la tienen los "sociatas", de los déficits presupuestarios y de la crisis misma, así como de las protestas y violencias callejeras, yo que ellos les echaría la culpa también de que no llueva.
2. Ajustes fáciles

Calculan en 44.000 millones los ajustes que hay que recortar en los presupuestos de este año. Pero en lugar de recortes sociales deberían aumentar los ingresos. Cómo? Con impuestos que graven más cuanto mayor sea la fortuna. Además, son precisamente 44.000 millones los que se estiman que se defraudan cada año. ¿Por qué no centran sus esfuerzos en la lucha contra el fraude fiscal, pero a lo bestia, encarcelando a los defraudadores para que el resto tome ejemplo? Porque entonces estarían haciendo lo que es justo, que paguen los que más tienen, que encima de pagar poco, no pagan nada. Pero ellos no van a incomodar a sus compadres, los acomodados (entre los cuales habrán muchos de ellos mismos). Incluso han puesto al frente de la ONIF a alguien que parece que ni quiere ni puede perseguir los delitos económicos, o al menos eso hizo en Gescartera. Ya he sugerido dos soluciones: fraude fiscal, con el sub-apartado de la economía sumergida, y nueva política fiscal que grave a los que más tienen. Cualquiera de los dos remedios cubriría el total del déficit. Pero puedo sugerirles otros: los fondos de los contribuyentes que se dan a la iglesia católica, por ejemplo. Si no lo tienen tan difícil, sólo hace falta la voluntad. (La que el PSOE tampoco tuvo, o no se atrevió.)
3. Género y lingüismo sexual

Se trata del “querid@s
niñ@s”, ya saben. Ustedes y ustedas. La discriminación soterrada:
los jefes y
las limpiadoras. Que canten los niños, dio el pie la maestra; y l
as niñ
as se callaron. Se ha calentado el tema de la invisibilidad de la mujer en nuestra lengua. Los genéricos masculinos (la “o” de final de palabra es, sin duda, efecto de un androcentrismo masculino) han echado raíces y resulta más costoso el remedio que la enfermedad. Una cuestión previa es distinguir entre género y sexo. Urgen estudios sobre los genéricos femeninos, en el contexto, claro está, de la cultura: el poeta, el auriga…, la patria, la lengua materna… Porque si el fin es reconocer la igualdad de la mujer, que es de lo que se trata, de nada servirán remedios en el léxico, la sintaxis o la morfología, si en la vida cotidiana la mujer sigue estando relegada. Aunque el lenguaje ayuda: tiene gran parte de culpa de que lo femenino sea visto como marginal, secundario… mientras que lo humano se confunde con lo masculino.
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