1. El déficit como escudo de la porra y garrotazo
(Más sobre las privatizaciones que se nos avecinan. Y lo que te rondaré, morena. El déficit como paraguas y excusa para ensañarse en la destrucción de las conquistas sociales a las que quieren convertir en la ínsula Barataria del Sancho de Peridis)
Atención: Ricardo Oliván, Consejero de Sanidad del gobierno de Aragón, en un lapsus freudiano (o no?) llama "clientes" a los que hasta ahora eran conocidos como pacientes. (Pacientes ya lo son los clientes de los bancos). Ojo: los enfermos, las miserias, serán carne de cañón y entrarán a formar parte del "mercado" sanitario, si de ellos pueden sacarse beneficios económicos. No es una tercera vía la que propugnan, ni siquiera la plantean, la de una financiación pública con una gestión privada del servicio, con lo que el servicio sanitario sería prestado por clínicas privadas -y hasta hospitales, hospitales para ricos, claro, para los que pudieran permitírselo- con cargo a fondos públicos, sino que enfilan la proa directamente al servicio privado puro y duro, que se "auto-regule", como mercado que es -o que proclaman-. Sin controles que limiten su actividad "económica". Es de prever que permitan servicios públicos para pobres, paralelos y bien equipados a la última, sobre todo de aparatos médicos que sean fácilmente trransportables desde las instalaciones públicas a las clínicas privadas. Como el 20-N ganen, y así lo espera la derecha celtibérica que nos ha tocado en suerte, Camps nos coja confesados,
2. Vaya mierda de justicia de mierda (la del no-pago)
La igualdad ante la Ley es un sarcasmo subrealista, una broma de mal gusto.Me atengo a los hechos... Luis Bárcenas, acusado (o imputado) de múltiples delitos por múltiples informes del fiscal y policiales, ve su causa archivada, entre otros motivos por "prescripción" (facultativa?) y falta de
pruebas evidentes, contundentes, que puedan ser consideradas rotundamente incriminatorias. Bendita sea la presunción de inocencia (la de los ricos)!. Y los recursos y otras triquiñuelas procesales... Y las demoras (una sentencia tardía es siempre injusta). Vivan los abogados (y más cuanto más caros), ¿ven como no son un capricho sino que son necesarios, de total necesidad? Sin ellos puede ocurrirte, como pasa a menudo, y aquí me refiero al hecho que explica la cabeza de este apartado...; sin ellos puede ocurrirte, repito, lo que al menor que robó un cubo de basura al que le han caído 18 meses de reclusión en un Centro de Menores. Más o menos como a Strauss-Kahn. Pongan en un platillo de la balanza a Strauss-Kahn y Bárcenas y en el otro al menor que robó el cubo de basura, y díganme si la justicia española merece o no merece el titular de esta entrada.

Visto lo cual, ¿no está claro lo que nos espera con una sanidad y enseñanza privatizadas, acomodadas a los "clientes" según su capacidad de pago? (Ya sé que traigo esto ahora un poco por los pelos, pero no puedo evitar imaginarme las previsibles desventuras del pueblo llano cuando las clínicas y los colegios vuelvan a ser de pago)
P/D: La diosa griega de la Justicia era Temis ("orden, justicia divina"), hija de Gea y Urano (la Tierra y el Cielo), que tuvo de Zeus a las Moiras (Parcas), las Gracias, las Horas y las Estaciones (nuevo calendario solar), que suplantó a la diosa Pitia (la serpiente Pitón, diosa de los augurios y las maldiciones) en el oráculo de Apolo en Delfos, cuando el dios, con tan sólo 8 años, mató de un flechazo a la serpiente. Pues bien, Temis como augur tenía que ser ciega (u ocultar su visión vendándose los ojos) pues los augures griegos, como el gran Tiresias, eran invidentes ¿para poder ver el futuro? Y por esto Temis vestía una venda que tapaba sus ojos, como signo de identidad de su origen oracular.
3. Este blog es inmoral
Este, y quizás todos. Todos los que despotricamos contra todo, pontificamos, execramos, gritamos, anatematizamos, y decidimos lo que es bueno y lo que es malo, lo que se debe y no se debe hacer, sin tener que evaluar los costos de las decisiones, y no siendo por tanto responsables. Porque eso es lo que somos, unos irresponsables. Unos simples voyeurs de la realidad que contemplamos como un espectáculo, sin implicarnos, desde detrás de la barrera. Y cabe algo más inmoral que un voyeur irresponsable? Me ha sugerido esta reflexión Fernando Vallespín al avisarnos que, más que una izquierda indignada, lo que necesitamos es una izquierda reflexiva.
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