La precesión del equinoccio y el calendario nocturno
reflejado en los mitos griegos.
(en el texto que sigue no hay lugar para esotéricos ni
astrólogos)
(¿Es
demasiado atrevido insinuar una confluencia de Tauro con el calendario lunar? ¿cómo
podían identificar a Tauro, al igual que a las demás, como la constelación que
marcaba un tiempo determinado?)
El ciclo
lunar tiene cuatro fases: la Nueva, la Creciente, la Llena y la Menguante, que
se repiten cada 29,5 días, un día y medio menos que el mes solar (aprox.). Pero
29,5 días x 12 ciclos dan 354 días, once días menos que el año solar. Al calendario lunar le faltaban, pues, 11 días para
llegar a la precisión del calendario solar de 365 días. Los once días restantes
de la incompleta fase 13, eran considerados nefastos y este apéndice de 13,
execrable, aún seguimos considerándolo maldito. Once días de desfase cada año
se traducen en un mes de desfase cada 3 años, y en más de 3 meses en 10 años,
algo que impedía que fuera un instrumento funcional. Imaginad la previsión de
una cosecha con 3 meses de desfase.
Los griegos (y los persas y los
indoeuropeos, por no citar a los chinos, incas y aztecas…) prestaron la máxima
atención al calendario como vamos a ver en estas líneas. Con él podían prever
las estaciones, y hasta los eclipses, y con ello dominar a la Naturaleza.
Especial atención merecen los solsticios de invierno en los que con los
rituales adecuados “evitaban” que el sol se hundiera definitivamente y le
obligaban (ayudaban) a renacer cara la siguiente primavera.
No sin pena los nativos pelasgos
tuvieron que aceptar los hallazgos de los nuevos inmigrantes (los dorios
indoeuropeos, allá por el 1200 adC.), tales como el hierro, o el calendario
solar, que se mostraba más preciso que el vigente calendario lunar con su
desfase de once días cada año. No fue fácil superar el viejo calendario lunar y
llegar a fusionarlo con el nuevo, solar, de 365 días, lo cual se consiguió
identificando 100 ciclos lunares con 8 años solares, período tras el
cual el sol y la luna recobran su posición de partida. Por eso la Luna tomó el
nombre de Hécate (la Cien). Pero como ese período era poco funcional por
ser demasiado largo, lo dividieron por 2, y así se creó el año lunar/solar de
cuatro años solares/50 lunas, la mitad del año solar griego de 8 años. Por
eso las Olimpíadas que comenzaron en el 776 adC. se repetirían cada 4 años (50
lunas, y en ello, correctamente, estamos y seguiremos) y el número 50 entró en
los mitos para indicarnos que lo que se cuenta en cada uno de ellos ocurrió en
tiempos en que ya había entrado en vigor el año lunar/solar, i.e. una
nueva Era.
Y así, el número de los 50 hijos
de Heracles que tuvo de las 50 danaides; el de los 50 hijos de Príamo, rey de
Troya, o el de los 50 malhechores que atacaron a Teseo en su primer viaje a
Atenas, y tantos otros más, ese número críptico nos está informando de que
tales sucesos acontecieron alrededor del año 1200 adC. aproximadamente, o sea en
la nueva Era del calendario lunar adaptado al solar. Y en efecto la ola de los
llamados Pueblos del Mar, indoeuropeos, que inundó desde Bulgaria al valle del
Indo, pasando por Egipto, y que a Grecia llegaron como dorios, tuvo lugar, como
ya hemos dicho, en el año 1200 aprox., siendo el dorio Heracles su mejor
representante. En cuanto al terremoto que hundió Ilion (Troya) ya ha podido ser
datado y sabemos que ocurrió alrededor del 1200. Todo cuadra.
Valgan estos brochazos para indicar
que para los griegos el calendario era algo más que importante. Pero y antes?
cuando la luna y las constelaciones eran los únicos medios para situarnos en el tiempo mediante un calendario del cielo nocturno, sin más?
Veamos: el año platónico de 24.000
años aprox. (la precesión del equinoccio, que no sé cómo llegaron a
medirlo, en Babilonia, imagino) podría cubrir el ciclo completo de los 12 signos del zodíaco cada uno
de los cuales sucedería al anterior tras sus 2000 años de “reinado”. Y así:
Géminis
6000/4000 adC. Aries 2000/0
Tauro 4000/2000 adC. Piscis 0/2000
Acuario 2000/4000 (actual)
De Tauro nos ocuparemos enseguida. Aries, el cordero, es el protagonista
de la historia de Isaac que su padre Abraham ha de sacrificar, y será el
símbolo de Xto cuya llegada se anuncia (año O). Ya en la era actual los
cristianos se identificaban dibujando peces en el suelo. En ambos casos
se nos da información sobre los tiempos. Pero los cristianos eran conscientes
de que al dibujar un pez en el suelo para identificarse seguían las pautas de
un calendario nocturno por las constelaciones? Y que ya se encontraban en
tiempos regidos por Piscis?
Hay mitos sobre mellizos
(Géminis) que nos remontan a fechas tan improbables como atrevidas, lo que nos
invita a elegir Tauro como “tiempo” de nacimiento de los mitos griegos.
La referencia a esta constelación como tiempo que marca algo singular se ve
reflejada en el frecuente uso de la vaca (Taurus) en los mitos y gráficos egipcios
y cretenses para contarnos todo tipo de historias.
Tres ejemplos: Tebas, Io y Europa:
Cadmo emigra a Grecia desde Fenicia
llevando en su mochila las primeras escrituras cuneiformes (y otras novedades,
tales como los metales: estamos en el año 3000, cuando empieza la edad
del cobre, cuando surge el Egipto de las dos coronas, cuando Creta juega un
papel sobresaliente en el Mediterráneo). En Grecia Cadmo debe fundar una
ciudad, la Tebas/Beocia, en el sitio donde se sentara una vaca. Y así lo
hizo.
La bellísima vaca Io,
amada de Zeus, es picada por un tábano que le obliga a emprender una carrera
sin descanso hasta Egipto, pasando por la costa de Anatolia, en un alarde de
intercambio de culturas alrededor del Mare Nostrum. (El Bóus-foro que
une el mar de Mármara y el mar Negro se llama así porque soportó el paso de la
vaca.)
Eur-opa (la de ancha cara, luna
llena? en todo caso vaca pues viene montada en un toro blanco: sacrificial,
sagrado), hermana de Cadmo, llega a Creta donde visita a la reina/vaca Pasífae
(la -luna- que alumbra a todos) que viste los cuernos de la vaca-luna, cuernos
que son tanto de la luna como de la vaca, algo que veremos repetido en las
pinturas egipcias cuya diosa primigenia, Hathor, tiene cabeza de vaca. (Es
demasiado atrevido insinuar una confluencia de Tauro con el calendario lunar?)
Y aquí vienen mis dudas y preguntas: ¿cómo podían manejar de calendario unos
signos que regían los tiempos cada 2.000 años?; ¿cómo calcularon el año
platónico de 24.000 años aprox. (o dicho de otro modo, qué es realmente la precesión
del equinoccio? y cómo se incardina con los signos del zodíaco, si es que
sirvió para eso?); ¿cómo podían identificar a Tauro, al igual que a las demás,
como la constelación que marcaba un tiempo determinado?
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