sábado, 12 de octubre de 2024

2573 (S 12/10/2024) Amor amor… Cercas. Y otra vez random

 

Amor, amor, amorrr...!

Marta Peirano distingue varios tipos de amores: el apasionado (deseo), el romántico (o platónico) y el apego (cariño). El deseo sexual se activa con testosterona y estrógenos, y su objetivo inmediato es la gratificación física (para la Naturaleza es la reproducción). El apego funciona con dos hormonas neurotransmisoras, la oxitocina y la vasopresina, que sirve para mantener los vínculos a “largo” plazo garantizando el cuidado compartido de la prole y premiando el cariño y la familiaridad. Caben tanto el deseo sin apego como el apego sin deseo. Esta falta de sincronización es la base de las comedias románticas.
          Y del romántico (el flechazo), qué? Pues una descarga eufórica de dopamina y norepinefrina que estaban agazapadas en el cerebro, en el área tegmental ventral del mesencéfalo, para lanzarlas a la corteza prefrontal. La dopamina y la norepinefrina más que moléculas del placer son drogas de la adicción. La reciprocidad convierte el flechazo en una alucinación compartida de naturaleza angustiosa y obsesiva (la llamada que no llega…), que es lo que lo separa de los otros dos. El estado febril incluye la transpiración de endorfinas…, pero bueno, ya vale por hoy.

Cercas debió levantarse cabreado cuando escribió cosas como éstas: “el optimismo es un error; la esperanza, también. Cuanta más esperanza tienes, más desdichado eres, porque más decepciones te llevas; y a la inversa, si quieres ser feliz no esperes nada de nada, ni de nadie. Esto explica que nosotros, los optimistas (¿¿&?), llevemos una vida amarga”. No le reconozco, don Javier. Mira que rematarlo con un “desengáñense, aquí no hemos venido a pasarlo en grande, aquí hemos venido a sobrevivir como se pueda”. Pos vaya.

Random

A sus sinónimos casual, fortuito, incierto, azaroso, arriesgado, aventurado, expuesto, de la RAE, podemos añadir “coincidencias” y seguro que habrá más. Por ejemplo, éstos: suerte, fortuna, fatalidad, potra, albur, acaso, eventualidad, accidente, contingencia, chiripa, chamba, chorra, un juego del Destino? O éste: lugar o momento adecuado, pero raro, imprevisto.
        En la entrada 2403 del 19/10/2023, comentando la película Golpe de suerte de Woody Allen, os conté que “una amiga me escribió una carta de 17 folios a mano, en inglés, recuerdo que con tinta roja, especulando sobre la palabra random. Quería polemizar conmigo sobre el asunto. No sabía qué decirle, me abrumaba tener que debatir sobre un tema tan complejo. A esta fecha no la he contestado todavía. Ni lo haré. Entre otros motivos porque he buscado la carta y no la encuentro.”
     Y ahora me entero de que el psiquiatra suizo C.G. Jung prefería el término “sincronicidades” que definía como “la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido, pero de una manera no causal”. Y añadía que “las sincronicidades nos orientan sobre decisiones que necesitamos tomar o bien nos preparan para un cambio a punto de acontecer”. Tomo esto de un texto de Francesc Miralles que, si no es totalmente esotérico, al menos lo bordea.
         Mi opinión es que la contingencia de lo que sobrevendrá da un margen infinito a la libertad al tiempo que repele la predestinación, o incluso la predeterminación que tanto han discutido los teólogos: si Dios sabe todo lo que nos va a ocurrir y nadie ni nada podrá cambiarlo, dónde queda la libertad del ser humano?, se preguntan inútilmente. Pero este debate sólo cabe entre creyentes. Y Woody Allen no lo es.
       J.J.Millás asegura que “las coincidencias (casualidades) cuanto más casuales son más conmovedoras resultan”. O más estimulan la búsqueda de explicaciones esótericas, añado yo.

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