jueves, 9 de mayo de 2024

2502 (J 9/5/2024) Bazar de variedades

Lo que sucede en Gaza responde a un plan perfectamente organizado por parte de un Gobierno extremista y ultranacionalista que planea hacerse con territorios mediante la expulsión de sus actuales habitantes, y hacerlo con total impunidad.  Netanyahu lleva mucho tiempo planeando la ocupación y “limpieza étnica” de Gaza y Cisjordania. La idea de un único Estado israelo-palestino, con iguales derechos para todos sus ciudadanos siempre ha tropezado con la violenta oposición de los sectores religiosos y nacionalistas más radicales. 

La caridad se disfraza de activismo: más de 200 grandes fortunas internacionales firmaron un manifiesto durante la celebración del foro de Davos en el que instan a los líderes políticos a que graven más sus beneficios y su patrimonio para combatir la desigualdad en el mundo. Un pequeño porcentaje. La beneficencia derivó en filantropía, revestida de justicia fiscal, pero en el fondo sigue siendo limosnas, caridad.

Si la religión es el opio del pueblo, la esperanza es el cloroformo de los seres humanos. Con una esperanza de una vida mejor (la estafa llega a la venta de parcelas en el cielo) se aguantan mejor las carencias y desgracias de esta vida en la Tierra. Con la esperanza de lo que fuere, nos sometemos sumisos a nuestra situación actual por calamitosa que sea, sin rebelarnos contra ella.  Una zanahoria delante de las narices para que la mula camine adelante tirando del carro.  La Esperanza y la Religión se han mostrado como los instrumentos de manipulación más perversos y eficaces utilizados por las clases dominantes, la económica y la religiosa.

     En el mito de Pandora, su caja guardaba dentro todas las calamidades imaginables prestas a invadir el mundo. Y fue al abrirla que todas las desgracias y las enfermedades se expandieron sobre la especie humana. Sin embargo una se quedó en el fondo: la esperanza. Qué quisieron contarnos con esto? Por supuesto que su naturaleza era perversa, por eso estaba allí. Pero quería camuflarse? no era tan mala? quería engañarnos? era la peor de todas? la más falsa?

En nuestros medios nadie desmiente nada. Y una de las funciones principales del periodismo debería ser ésa: des-mentir. Detectar la mentira, desarmarla. Si no lo hacen, se resignan a ser los portavoces o altavoces de un idiota o un falsario, siempre so pretexto de retratar la realidad. Pero retratan, en realidad, a un sujeto que intenta falsear la realidad; si no son capaces de ponerlo en evidencia habrá que preguntarse para qué cuernos sirven. Es lógico que cada día se crea menos en la prensa, no? (Martín Caparrós dixit, y quién no, con él?).

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