martes, 19 de abril de 2022

2183 (M 19/4/2022) Alemania puede y debe dejar de importar el gas ruso

En la entrada 2177 del 4/4 decíamos que las exportaciones de gas, petróleo y carbón suponen un 40% (casi la mitad) del presupuesto del Estado ruso. Europa compra el 50% del petróleo ruso y el 75% de su gas natural y le paga por ello 17.000 millones € mensuales.  Pero las importaciones de gas en Alemania representan menos del 9% de su demanda total de energía. Y USA se compromete a suministrarles gas líquido para reemplazar sus importaciones desde Rusia. Es, pues, viable la diversificación de estos suministros que impediría a Rusia financiar sus bestialidades en Ucrania. Si esto es así de sencillo ¿por qué no se presiona a Alemania para que elimine su dependencia de los rusos?


Sonroja el contraste entre la actual reticencia alemana a hacer sacrificios moderados, incluso a la vista de los horribles crímenes de guerra en Ukrania, contrasta, digo, con los inmensos sacrificios que Alemania exigió a otros países, en especial a los pigs del Mediterráneo(*) durante la crisis europea de la deuda de hace una década. Prescindir del gas ruso, que financia la masacre de Ukrania, reduciría el PIB alemán en sólo un 2% mientras que el criminal estrangulamiento de Grecia contrajo su economía en más de un 20%, con un paro cercano al 30%. La influencia de Jens Weidmann, el presidente del Buba, no se limitó al sistema financiero. Parece que el famoso afán alemán de tratar la política económica como un dilema moral solo se aplica a otros países.

Krugman denuncia que "mientras que Alemania estuvo dispuesta a imponer la catástrofe económica y social a países que según ella habían sido irresponsables en su endeudamiento, no ha estado por la labor de imponerse a sí misma costes mucho menores (como lo sería el de privarse del gas ruso) a pesar de la innegable irresponsabilidad de su pasada política energética… Negarse a cortar el flujo de gas ruso convierte a Alemania en cómplice de hecho de la matanza en Ukrania.”

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(*) El menosprecio que muestran los países bálticos por los mediterráneos se muestra, por ejemplo, en llamar pigs (cerdos, en inglés) a Portugal, Italia, Grecia y España (Spain). El alemán Jens Weidmann, junto con el holandés Mark Rutte, fueron dos adalides de la criminal política austérica.

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