martes, 15 de marzo de 2022

2168 (M 15/3/2022) No a la guerra? (II): Otra de oligarcas rusos.

Se estima en 800.000 millones $ USA la riqueza de los oligarcas rusos en paraísos fiscales offshore, fuera de su país. Estos paraísos fiscales se sitúan principalmente en 16 países, cinco de los cuales son miembros de la UE, a saber, Irlanda, Holanda, Luxemburgo, Malta y Chipre.

     Piketty sugiere que es urgente centrar las sanciones en la capa social de los multimillonarios en la que se apoya el régimen, unas 20.000 personas que, no siendo más que 0,02% de la población rusa adulta (de 110 millones de habitantes), poseen más de 10 millones $ USA en activos inmobiliarios y financieros que en su mayoría están en países extranjeros. Los Estados occidentales podrían imponer un fuerte impuesto sobre estos activos, a una tasa del 10% al 20% para empezar, congelando el resto como precaución. Amenazado con la ruina y la prohibición de viajar a Occidente podríamos apostar a que este grupo sería capaz de hacerse oír en el Kremlin moscovita.

       ¿Por qué no se ha avanzado todavía en esta dirección? Pues porque los ricos occidentales temen que esa transparencia acabe por perjudicarlos. Los países occidentales comparten con Rusia y China una ideología hipercapitalista desenfrenada y un sistema jurídico, fiscal y político cada vez más favorable a las grandes fortunas.

        Ya lo vimos en la entrada 2166 del 10/3 donde Krugman nos avisaba que el arma más poderosa de Occidente es la de perseguir las fortunas de los oligarcas rusos en el extranjero, que suponen el 85% del PIB de su país.  Los ricos rusos han depositado la gran mayoría de sus cuantiosas sumas fuera de sus fronteras, en bancos, en yates, en inmuebles…, lo que les crea una enorme vulnerabilidad que Occidente puede explotar. Tenemos los medios para someter a una enorme presión financiera al régimen de Putin (y no a la economía rusa) pero ¿estamos dispuestos a hacerlo? El problema es que hay bastantes personas influyentes, tanto en los negocios como en la política, que comparten profundos enredos financieros con los cleptócratas rusos. Por lo que perseguir el dinero ruso blanqueado complicaría la vida a todos los que practican el blanqueo, sean de donde sean. Adoptar medidas eficaces contra el punto más débil de Putin exigiría enfrentarse a la propia corrupción en Occidente. ¿Estamos dispuestos a ello?

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