domingo, 31 de mayo de 2020

2020 (D 31/5/2020) A vida o muerte


Ya hemos repetido demasiadas veces en este blog que para nuestros ancestros la vida no acababa con la muerte sino todo lo contrario, que en la muerte está el origen de la vida cuando enterramos los cadáveres-semillas de los que surgirán nuevos miembros de nuestra especie en las siguientes primaveras, como ocurre en el reino vegetal. Es muriendo como nos vamos renovando. La guadaña que porta la Muerte sugiere cosechas.
  Vida y muerte no son contrarias, antagónicas, sino consubstanciales, complementarias. Perséfone, “la que lleva consigo la destrucción”, era la diosa griega de la primavera, del renacimiento de la vida, pero sus fiestas eran más concurridas en noviembre, al comienzo del invierno, cuando se celebraba su muerte, la destrucción de la naturaleza, (aunque más que muerte era un rapto por el dios del inframundo, Hades, que la secuestraba seis meses bajo tierra).
     Hay virus sociales como los que se encarnan en políticos de nuestra nefasta derecha que sobreviven devastando todo lo vivo que les rodea. Se les reconoce desde lejos porque chorrean sangre desde sus colmillos. Si nos agreden, eso nos identifica como sus contrarios, lo cual es de agradecer.
      Queremos acabar con el bicho de la muerte Covid_19 que nos mata para poder sobrevivir él, en una lucha mortal en la que estamos inmersos todos los seres vivos. Insultarle sólo sirve para detectar nuestro infantilismo. El que mata, sobrevive. Y punto. Si el que mata es el malo de la película, entonces somos pésimos, nosotros, los peores.

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