Marc Bassets entrevista a
Geraldine Swarz, autora de Los amnésicos,
premio al libro europeo 2018, quien asegura que aunque “nos interesamos por los
monstruos, o por los héroes o por las víctimas, en realidad la mayoría de las personas
no se identifica con ninguna de estas tres categorías, que sólo conciernen a
una minoría. Lo que está en el origen de los peores crímenes de la humanidad es
la indiferencia.”
Realmente ¿la pasividad de la
indiferencia consolida un régimen criminal? En ese caso es la pasividad de esa mayoría
ignorante, amorfa, la culpable del sistema en que vivimos. Además, es esa mayoría
pasiva la que elige a los políticos que nos gobiernan. Motivo por el cual los
gobiernos se preocupan, y mucho, de crear una opinión y reinventar nuestra
identidad, para lo cual tienen que reinventar nuestra memoria.
Y cómo lo hacen? difundiendo el miedo, inventando
enemigos, encontrando chivos expiatorios, haciéndonos perder nuestros puntos de
referencia mediante la confusión descarada entre lo verdadero y lo falso, mintiendo
sin pudor, difundiendo teorías de la conspiración. El efecto es que el pueblo,
esa mayoría pasiva, deje de creer en nada para poder manipularla e invertirle
los valores. Y se le pone a prueba haciéndole creer que los burros vuelan o que
la virgen María concibió al Hijo de Dios sin concurso de varón, que viene a ser
lo mismo.
De este modo se hace culpable a la masa
social de los males a los que las minorías les someten, desde la precariedad
laboral hasta la ignorancia supina, pasando por prácticas esotéricas (en ausencia
de las religiones caducadas) que les sirvan de consuelo y de válvulas de
escape.
Lo peor es que esa mayoría es incapaz
de escapar de esa esclavitud mental y moral, por lo que difícilmente tiene
remedio.
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