-Helios, mi padre
conduce el sol de
día.
-¿En el verano?
-Y en el
invierno.
Los niños se
reían,
qué tontería!
-Que no? Y yo
también.
Los niños se
burlaban.
-Sabes conducir?
Blancos caballos,
Flegonte, Pirois,
Éoo,
lenguas de fuego.
Y el cuarto Aetón
tales eran sus
nombres,
tal se llamaban (1).
-Anda, madre, sí.
Madre, díselo a
padre,
quiero conducir.
-Pero estás loco?
Cómo se te ha
ocurrido?
Si se cae el sol…
Pero en la noche
convenció al dios
Helios:
Clímene quiso
que el carro del
sol
lo transportara
Faetón.
Helios accedió.
Adiestró al joven
durante varios
días
y le amonestó:
-No te desvíes
de los doce
signos(2) que
son peligrosos
pero te guiarán.
Sujeta bien las
bridas,
no muestres
temor.
Mantente siempre
equidistante. Si
no,
subirás alto
y te abrasarás,
se secarán las
tierras
y congelarán.
Sé, pues,
prudente.
Si bajas
demasiado
podrías quemar
los animales,
las plantas y los
hombres.
Toma las riendas
de los caballos
y de tu mente. Ve
en paz,
Helióforo,
“portador del Sol”.
Y cuando llegó el
día,
Faetón no cabía
en sí de feliz:
solsticio de
invierno,
cuando muere el
sol,
miedo a su muerte,
terror, es lo que
canta
triste el aedo.
Engalanado,
despacio y
elegante
arrancó el carro.
Pero los potros
que no le
conocían,
se desbocaron;
descontrolados,
relinchando
nerviosos,
se desmandaron.
Subieron alto
y la Tierra se
heló.
Descendió luego
y se secaron
los ríos y desiertos.
Y luego voló
sobre Etiopía
que se quemó. Por
eso
son negros allí.
El carro del Sol
llegó hasta el
horizonte
y allí se
escondió
entre las sombras
ardiendo
lentamente
hasta la noche.
Según otros
Helios disparó un
rayo
para frenarlo
y Faetón cayó
al río Eridano,
“rojo” de ocaso,
y allí se
estrelló
estallando en rayos
toda la noche:
son las estrellas,
que son miles de chispas
del sol ya muerto.
Hasta el Hades,
dicen que llegó
la luz,
que ya es decir.
Y sus hermanas
las Híades “lloronas”
siguen llorando
desconsoladas
en el cielo de
noche
en el invierno.
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(1) Flegonte ('ardiente'), Aetón ('resplandeciente'), Pirois ('ígneo') y Éoo ('amanecer')
(1) Flegonte ('ardiente'), Aetón ('resplandeciente'), Pirois ('ígneo') y Éoo ('amanecer')
(2) Los signos del zodíaco por los que transcurre el Sol.
Helios, en un friso del Partenón |
Utilizar la técnica del haikú para contar el mito de Faetón ha resultado precioso y original. Felicidades al autor.
ResponderEliminarGracias, me gusta que te gustara.
EliminarPrecioso. Me gusta ese estilo.
ResponderEliminarReconozco que desconocía el mito y el haiku. Y no se si por el uno o por el otro me ha parecido fantástico.
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