jueves, 28 de febrero de 2019

1738 (J 28/2/19) Europa cansada

Antes Europa era la solución, ahora es el problema. Europa se nos desinfla. Alemania se supone que debe liderar la recuperación de la ilusión, nuevos proyectos, pero se muestra agotada. Es lo que dice Silke Mülherr subdirectora de Die Welt.
    No sé bien si el agotamiento de Alemania es causa o efecto del desinfle europeo. Lo que sí sé es que gran parte de los motivos de esta anemia ha sido la política económica neoliberal austérica que desde el Buba de Frankfurt ha ensanchado la desigualdad económica y social enriqueciendo a los ricos y ensañándose con los menos favorecidos. Todo empezó acaparando Alemania el euro y haciéndolo alemán en lugar de europeo, como se muestra en las primas de riesgo que hacen que un euro cualquiera sea más caro que un euro alemán. Si el euro fuera el mismo en toda Europa, cómo se explica que por un crédito en Polonia o en Irlanda se pague un tipo de interés más alto que en Alemania? Y fruto de esa miopía es el desfallecimiento de la economía alemana empachada por el éxito.
         Hungría y Polonia están dando un mal ejemplo a los candidatos a integrarse, como Macedonia. Las ayudas económicas están bien, muy bien, pero la medicina que necesitamos es más emocional, más abstracta, ilusionante. Y sin embargo crece cada día el euroescepticismo y la desconfianza hacia un proyecto que no acaba de cuajar. “Todo ello da testimonio de una pusilanimidad y un desánimo por los cuales quizá algún día tengamos que justificarnos ante nuestros nietos, suponiendo que nos planteen la pregunta de por qué abdicamos de Europa con tanta frivolidad cuando todavía podíamos defenderla.”
      Europa necesita urgentemente un revulsivo, una figura ilusionante que la saque de su letargo. Hay alguien por ahí?

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