Kafka decía que el humor es lo más serio que existe y que en un mundo
sin dios el sentido del humor es una obligación moral, un deber.
Para mí el sentido del humor
pasa por un distanciamiento de uno mismo, una desdramatización de nuestras
cuitas, rozando la despreocupación, la irresponsabilidad, la frivolidad y por
qué no, un estar por encima de los problemas terrenales, un alto grado de
autoestima personal.
El humor, para Cercas, “es
una válvula de escape del pánico, el consuelo de los desconsolados, un arma de
destrucción masiva de todas las certezas, es el sentido de quien sabe que nada
tiene sentido, es la alegría pletórica y sin esperanza que resulta de la
adhesión a lo real, que es insuficiente y efímero, pero es lo único que hay”.
No es, pues, conveniente
tomarse a uno demasiado en serio, por más que intentemos que nos lo tomen los
demás.
No sé si tienen mucho que
ver con la risa esas carcajadas forzadas y estentóreas, normalmente en grupos,
que enmascaran el aburrimiento o a veces incluso la infelicidad. Ayudadas del
vino, por supuesto, que para eso es un instrumento eficaz para la desinhibición.
La despreocupación se
define por este mismo concepto. Quiero decir que cuando nos ocupamos de lo que
sea cogemos el toro por los cuernos y sanseacabó. Sólo nos preocupa los que nos
ocupa antes de que lo afrontemos, y el verbo lo dice él solo: pre-ocupación. Si
quieres, pues, vivir despreocupado, sin preocupaciones, deja de pre-ocuparte,
deja de ocuparte antes de que tengas necesidad de ocuparte de lo que tengas que
hacer. Vale?
Sabíais que la sonrisa es
efecto de un estado de ánimo alegre? Pues es más que eso. Si estás apagado
mírate en el espejo y sonríe. Comprobarás que al provocar el efecto de
la alegría, la sonrisa, ésta se convertirá a su vez en la causa de un
nuevo estado de ánimo. Te alegrará. Magia.
Por último informaros que la risa produce contracciones espasmódicas en el diafragma que facilitan la función digestiva.
Por último informaros que la risa produce contracciones espasmódicas en el diafragma que facilitan la función digestiva.
Así que ya sabemos, a reír
que son dos días. Porque un día sin risa es un día perdido. Y si no nos hemos
reído en todo el día, antes de dormir a reírse como sea. No hace falta
arrodillarse junto a la cama. Quizás baste con mirarte en el espejo.
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