viernes, 11 de enero de 2019

1691 (V 11/1/19) Un día sin risa es un día perdido

Kafka decía que el humor es lo más serio que existe y que en un mundo sin dios el sentido del humor es una obligación moral, un deber.
     Para mí el sentido del humor pasa por un distanciamiento de uno mismo, una desdramatización de nuestras cuitas, rozando la despreocupación, la irresponsabilidad, la frivolidad y por qué no, un estar por encima de los problemas terrenales, un alto grado de autoestima personal.
     El humor, para Cercas, “es una válvula de escape del pánico, el consuelo de los desconsolados, un arma de destrucción masiva de todas las certezas, es el sentido de quien sabe que nada tiene sentido, es la alegría pletórica y sin esperanza que resulta de la adhesión a lo real, que es insuficiente y efímero, pero es lo único que hay”.
   No es, pues, conveniente tomarse a uno demasiado en serio, por más que intentemos que nos lo tomen los demás.
     No sé si tienen mucho que ver con la risa esas carcajadas forzadas y estentóreas, normalmente en grupos, que enmascaran el aburrimiento o a veces incluso la infelicidad. Ayudadas del vino, por supuesto, que para eso es un instrumento eficaz para la desinhibición.
    La despreocupación se define por este mismo concepto. Quiero decir que cuando nos ocupamos de lo que sea cogemos el toro por los cuernos y sanseacabó. Sólo nos preocupa los que nos ocupa antes de que lo afrontemos, y el verbo lo dice él solo: pre-ocupación. Si quieres, pues, vivir despreocupado, sin preocupaciones, deja de pre-ocuparte, deja de ocuparte antes de que tengas necesidad de ocuparte de lo que tengas que hacer. Vale?
     Sabíais que la sonrisa es efecto de un estado de ánimo alegre? Pues es más que eso. Si estás apagado mírate en el espejo y sonríe. Comprobarás que al provocar el efecto de la alegría, la sonrisa, ésta se convertirá a su vez en la causa de un nuevo estado de ánimo. Te alegrará. Magia.
      Por último informaros que la risa produce contracciones espasmódicas en el diafragma que facilitan la función digestiva.
Así que ya sabemos, a reír que son dos días. Porque un día sin risa es un día perdido. Y si no nos hemos reído en todo el día, antes de dormir a reírse como sea. No hace falta arrodillarse junto a la cama. Quizás baste con mirarte en el espejo.

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