miércoles, 9 de enero de 2019

1689 (X 9/1/19) Jail, sweet jail.

Qué es más…, la ficción o la realidad? más qué? Dejo más en suspensivos para añadir lo que se quiera: más fuerte, más real, más creíble…
    En un guión (inédito, de título Brétemas) para una serie de TV imaginé una idea preciosa, totalmente mía, con un nieto esparciendo la tierra de una maceta sobre la tumba de su abuelo en Buenos Aires, maceta que el abuelo se llevó de joven desde Galicia donde una adivina le había predicho: “tierra gallega cubrirá tus restos”, y que el nieto desconocía. Bueno, pues más tarde me enteré de que, en efecto, la zona de los gallegos en el cementerio de la Chacarita había recibido un cargamento de tierra desde Galicia.
Algo parecido me ocurrió cuando planeé con un amigo, funcionario de prisiones en Sevilla, rodar un cortometraje cuyo guión resumido sería: un preso escapa de la cárcel y, tras diversas y penosas vicisitudes, vuelve a la prisión. El último plano sería golpeando fuertemente la aldaba de la puerta: “!Que me abran!”. Y hete aquí, para mi sorpresa, que en la prensa de ahora leo: Bernardo Montoya ya no sabe vivir fuera de la cárcel. Es natural, “la cárcel ha sido su hogar durante 22 años de su vida que ahora ha cumplido 50. Allí ha encontrado orden, disciplina, un horario que cumplir… En ella residirá su otra media vida”. A la jueza del caso le suplicó: “No me dejéis salir de la cárcel, por favor”.

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