martes, 17 de abril de 2018

1567 (M 17/4/18) Pinturas rupestres

¿Eran arte las pinturas rupestres del paleolítico? No. Y eso, por qué? Porque eran más que arte, eran mágicas.
     Una prueba de que las pinturas rupestres eran mágicas son las flechas que señalan las puntas de las lanzas para que acierten en la presa en el momento de la caza. O los arpones clavados en las piezas a batir. O los negativos de las manos en reconocimiento de la hazaña de pintar… y de tantos usos más. O los ojos pintados en la proa de los barcos para que pudieran ver el camino a recorrer. Por eso estaban en lo profundo de las cuevas, para dificultar su accesibilidad. Era mucho lo que se jugaban cuando, pintando animales, trataban de garantizar el éxito de la caza y con ella asegurar nuestra supervivencia.
    Por eso las figuras eran hieráticas, obedeciendo a patrones fijos, porque eran sagradas, y con un fin muy concreto, asegurar el abastecimiento de la ingesta.
        En el arte, sin embargo, el pintor puede y debe pintar lo que quiera y como quiera, su inspiración es caprichosa, incluso cuando intenta protestar o enseñar algo útil, el autor se autoexhibe sin pudor, pues la vanidad es el motor de su actividad, y trata de que la audiencia que se acerca a admirar su obra sea la máxima posible. Rasgos todos ellos justamente los contrarios a los de la pintura mágica, sagrada, oculta, donde el pintor no es lo importante, sino lo dibujado. (Y no se olvide que la imagen se apropiaba del espíritu de lo representado.)
      Otro fin de la pintura era la comunicación. Informaban de cosas, de llegadas de manadas, del curso de los astros…, por lo que se puede considerar que las pinturas primitivas eran un tipo de escritura. O protoescritura.
La Sleeping Lady del Museo Arqueológico de Malta es una joya del Neolítico considerada como una estatuilla sagrada, por haberse hallado en una tumba-hipogeo. Pero a mí no me parece que sea sagrada pues la placidez con que duerme la dama demuestra que el escultor se complació en ella, la hizo para exhibirse. La Sleeping Lady es, pues, arte, si lo expuesto en los párrafos anteriores es correcto. El autor fue libre cuando la hizo.

        Y un último punto. Si la magia en sus orígenes era una función de las mujeres, en ese caso las pinturas rupestres, mágicas, serían obras de mujeres, no?

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