En Ahmedabad |
O más. Hay quien habla de un cuarto (y un
tercio!) de la población de la India que tiene más de 1.200 millones de
habitantes y en breve alcanzará los 1.500. O sea 400 millones. Digamos, pues, que entre 200 y 400 millones más o menos.
Los dalits son a menudo víctimas de la violencia, linchamientos asesinatos y violaciones. Porque son la casta más baja, la de los parias, los intocables, dalits, harisjan o panchamas.
La India es el lugar donde hay menos movilidad social, que es la que permite la meritocracia (el gobierno de los mejor capacitados). Las cinco clases sociales que la habitan son cerradas, herméticas, y cuesta mucho, demasiado, ascender a una clase superior. La creencia en la reencarnación condena a los que tuvieron una vida perversa a volver a nacer como animales o parias. Un paria difícilmente podrá reencarnarse en un estatus superior por muy justo que se comportara en vida.
Los dalits son a menudo víctimas de la violencia, linchamientos asesinatos y violaciones. Porque son la casta más baja, la de los parias, los intocables, dalits, harisjan o panchamas.
La India es el lugar donde hay menos movilidad social, que es la que permite la meritocracia (el gobierno de los mejor capacitados). Las cinco clases sociales que la habitan son cerradas, herméticas, y cuesta mucho, demasiado, ascender a una clase superior. La creencia en la reencarnación condena a los que tuvieron una vida perversa a volver a nacer como animales o parias. Un paria difícilmente podrá reencarnarse en un estatus superior por muy justo que se comportara en vida.
El estatus de los parias/dalits les predetermina con quién pueden
casarse y qué profesiones pueden desempeñar, si bien tienen limitados los
trabajos marginales que pueden realizar, tales como los del cuero, artesanos
callejeros, lavanderos, o granjeros y jornaleros sin tierra… Tradicionalmente
eran aislados en sus propias comunidades, hasta el punto de que las clases
superiores evitaban su contacto e incluso el de sus sombras. Los dalits han
elegido al elefante como su símbolo. Se les llama así por concentrarse
principalmente en la región de Dalit.
En la India hay sopotocientas etnias, religiones, lenguas… lo que
explica que no todos los dalits sean budistas (40%) sino que también hay
sijíes, (30%) hindúes (20%) y cristianos (10%).
La discriminación contra los dalits existe aún en zonas rurales y
en la esfera privada. No obstante, ha desaparecido en zonas urbanas y en la
esfera de lo público, en lo relativo a libertad de movimiento y el acceso a la
educación. Leo en wikipedia que existen grupos similares en Bangladés (los arzales), en Yemen (conocidos por al-akdham) y en Japón donde reciben el
nombre de burakumin, pero
imagino que no son tan cerrados como en la India.
Los dalits, pues, repito, son a menudo víctimas
de la violencia, linchamientos asesinatos y violaciones. Y en el estado
de Rayastán sólo entre 1999 y 2003 hubo más de 143 parias violadas y 93
asesinados. Por eso se promulgó en 1989 la Ley
de Prevención de Atrocidades contra Castas y Tribus que permite detener a
los meros sospechosos de agredir o discriminar a los parias, lo que fue
modificado el pasado 20 de marzo por el Tribunal Supremo de la India, en el
sentido de limitar los casos en que podían ser detenidos. Esto ha sido lo que
ha provocado la frustración de los intocables
que han estallado en las calles de India con protestas y disturbios. Se han
realizado detenciones en Bihar, Jharkhand, Uttar Pradesh, Madhya Pradesh..., y
han muerto 9 en Rajastán.
Ya lo dijo nuestro Calderón: “¿Habrá otro, entre sí decía, más pobre y
triste que yo? Y cuando el rostro volvió…”
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