viernes, 6 de abril de 2018

1556 (V 6/4/18) De nuevo la tragicomedia surrealista

No quiero repetirme sobre el tema catalán por lo que me remito a lo escrito en la entrada 1536 del viernes 16 del pasado mes de  marzo.
  La puesta en libertad condicional del líder catalán por el tribunal alemán no es un punto final de este relato sino todo lo contrario.
    Y si vuelvo puntualmente a este asunto es para defenderme de quienes injustamente me atribuyen un sesgo anticatalanista, confundiendo a los políticos independentistas con la sociedad civil. Sociedad que, si en su mitad se comporta con una emotividad irracional, lo hace abducida por la cúpula política.
    Y lo hago acudiendo a un analista, tan reconocido como ecuánime, erudito y agudo, cual es Ruben Ammón, quien escribe en su artículo Puig-the-end:
    "... la chapuza del arresto de Puigdemont en una gasolinera es un final prosaico para un héroe de pacotilla, pero también un escarmiento a la impunidad con la que se ha paseado por Europa, como si la internacionalización del procés no equivaliera a la internacionalización del ridículo... la escasa credibilidad de Puigdemont como hombre de paz... su ampulosa megalomanía... psicosis victimista... confundiendo las agresiones a la Constitución con la libertad del pensamiento... eludiendo el cumplimiento de las leyes... el saqueo institucional, la profanación del Parlament y la crispación de la sociedad a cambio de la tierra prometida."
      Espero que para muestra con este botón baste.
      Y no es que yo esté de acuerdo con todo. Ni con nada.

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