miércoles, 1 de noviembre de 2017

1443 (X 01/11/17) El Escorpión

Se trata del cuento del escorpión y la ranita que ya he contado antes en algún otro lugar:
     -Ranita, ranita, querrás llevarme en tu espalda y cruzarme la charca hasta la otra orilla. Es que yo no sé nadar.
     -Sí, claro, si te conoceré yo. Ni hablar. Eres un escorpión y cuando llegue a la mitad de la charca me clavarás el aguijón y me envenenarás.
     -Pero cómo voy a hacer eso, so tonta. Si lo hiciera me hundiría contigo hasta el fondo de la charca. Y seré un escorpión, pero no soy un estúpido.
     -Por eso, porque eres un escorpión, no voy a llevarte.
     -Y si te pago el doble de la tarifa?
     -No, no, no y no, que te conozco…
     Pero tanto insistió el escorpión y con tales artes que al final la convenció. Así que se montó a lomos de la ranita que nadó, nadó, nadó hasta llegar a la mitad de la charca. Allí, de pronto, catapún, el escorpión le clavó de golpe el aguijón. Y antes de hundirse la ranita le gritó:
     -Pero por qué? por qué? por qué?
     Y el escorpión le contestó, medio llorando:
     -Porque soy un escorpión, por qué va a ser. Si es que soy un escorpión.

Conozco parejas en que uno de los dos es escorpión. No lo puede evitar. Hay más escorpiones entre ellas, porque son más listas, y ladinas, mientras que el macho suele ser más tontorrón. Lo peor del scorpios humanus es que es menos predictible que el del cuento, pues sabe disfrazarse y acaramelar con una capa dulce la espalda de su ranita para disimular. Aparte de que el aguijón no lo mete desde arriba sino más bien por detrás. Con lo que puede llegarse a una placentera relación sadomasoca. Y lo repite tantas veces que su ranita queda atrapada, realmente cadáver, sin poder reaccionar, paralizada por el veneno. Cada vez que recibe un aguijonazo la ranita bisbisea con menos fuerza, pero por qué? por qué? por qué? qué te he hecho yo? y siempre recibe la misma respuesta: Es que no lo puedo evitar, si es que soy un escorpión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario