Micenas era la capital de Grecia desde el 2000 al 1200
adne. Que su nombre (de micos, hongo)
se refiriera a las setas, delata que su elite se drogaba, supongo que solamente
en algunas ocasiones. De hecho la llamaban la ambrosía de los dioses. Cerca de Eleusis (a 20 kms de Atenas), donde se celebraban los Misterios de Deméter y Diónisos, a otros 20 kms estaba Mégara donde abundaba el cornezuelo de centeno (hoy LSD) con el que alucinaban en los rituales de los célebres Misterios.
Nadie
puede negarnos el derecho a utilizar nuestro cuerpo como nos venga en gana,
siempre que no invadamos el cuerpo de los demás. Por otra parte las
prohibiciones de las drogas sólo han ocasionado, siempre, un mayor apetito de
las mismas, un enriquecimiento exagerado y delictivo de los distribuidores, un
encarecimiento innecesario del producto y un peligro para la salud de los
consumidores por adulteración incontrolada para poder vender más cantidad.
Problemas todos ellos que desaparecen cuando su consumo está legalizado. Ahí
tenemos, sin ir más lejos, el vino de hoy y el de los años 20 en Chicago cuando
estaba vigente la Ley Seca.
Saco de
nuevo este tema ya reiterado en este blog porque he leído un artículo de
Milagros Pérez Oliva sobre el éxito de un programa islandés que ha reducido
drásticamente el consumo de drogas entre los jóvenes quinceañeros. Del 17% al
7% en el cannabis y del 42% al 5% en
el alcohol, entre 1998 y 2016. El programa consistía en disciplina familiar -reduciendo las horas de salida nocturnas- y actividades de grupo deportivas. Los
jóvenes quinceañeros buscan ávidamente sensaciones nuevas cuya ansiedad
adormecen con las drogas. Pero las actividades lúdicas compartidas también generan
endorfinas.
El tema no es que deba prohibirse su consumo sino tan sólo
educarnos para aprender a dosificarlo. Un vino dosificado alarga la vida y la
hace más feliz. O al menos más alegre.
Por eso
digo “drogas, sí”, porque ya me las dosificaré yo.
(En
realidad el que suscribe jamás ha tomado ni una droga. Bueno, alguna sí..., whiskies, café,
vino, cerveza, alguna hierba, pocas, y siempre por exigencia del grupo… Pero de todo lo
demás, lo dicho, ni una.)
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