La separación de Cataluña acarrearía las siguientes
consecuencias, de inmediato e inevitablemente: traslado de empresas al exterior
de Cataluña, restricción del crédito, aumento de los tipos de interés, subida
acelerada de la deuda pública con mayor costo por el incremento de la prima de
riesgo, alto riesgo de corralito bancario, devaluación inevitable del valor de
su nueva moneda, encarecimiento de los bienes de producción y de consumo, reducción
consiguiente del PIB, aumento del paro, empobrecimiento económico de la masa
salarial, insuficiencia de recursos públicos para sus servicios públicos y de
pensiones, aislamiento internacional… Y esto no acaba aquí, sería sólo el
comienzo.
Y esto no es catastrofismo.
Por ejemplo, el argumento ese de que los cambios de sede de la Caixa a Valencia, el banco de Sabadell a Alicante, Gas Natural a Madrid (ahora seguirán Volkswagen y el grupo Bayern…) es sólo un cambio de domicilio para el correo, y nada más, no es verdad. La imagen y la seguridad es muy importante para los bancos y un cambio en los edificios da una imagen de seísmo que se traducirá en una merma de depósitos que son asustadizos. Los impuestos autonómicos ya no irán a las arcas públicas de Cataluña sino a Valencia, Madrid… Y los tipos de interés pueden sextuplicarse si la prima de riesgo subiera 6 puntos, que es lo previsible, por lo que las hipotecas de interés variable que hoy se financian a menos del 1% tendrían que elevarse como mínimo al 7. Y eso si no se les cierra el mercado interbancario, porque entonces adiós liquidez y bienvenido el corralito.
Y esto no es catastrofismo.
Por ejemplo, el argumento ese de que los cambios de sede de la Caixa a Valencia, el banco de Sabadell a Alicante, Gas Natural a Madrid (ahora seguirán Volkswagen y el grupo Bayern…) es sólo un cambio de domicilio para el correo, y nada más, no es verdad. La imagen y la seguridad es muy importante para los bancos y un cambio en los edificios da una imagen de seísmo que se traducirá en una merma de depósitos que son asustadizos. Los impuestos autonómicos ya no irán a las arcas públicas de Cataluña sino a Valencia, Madrid… Y los tipos de interés pueden sextuplicarse si la prima de riesgo subiera 6 puntos, que es lo previsible, por lo que las hipotecas de interés variable que hoy se financian a menos del 1% tendrían que elevarse como mínimo al 7. Y eso si no se les cierra el mercado interbancario, porque entonces adiós liquidez y bienvenido el corralito.
La
fractura social y muchos otros motivos hacen inviable una segregación de
Cataluña.
Quién
podría creerse que un gobierno de la oligarquía burguesa pudiera aplicar una
política de izquierdas, en beneficio de la gran masa laboral? Haría falta ser
ingenuo. Pues bien, esa masa laboral de uno o dos millones de ingenuos se lo ha
creído, una masa de buena fe pero abducida por el señuelo de un paraíso “hurtópico”
imposible, sólo accesible a los políticos que viven del hurto y la mentira.
Y esa
CUP de máscara de izquierda radical aplicando unas prácticas fascistas al
servicio de la clase dirigente catalana? Otro círculo cuadrado surrealista.
Cuando los miles de abducidos se despierten de esta pesadilla necesitarán
tiempo para recuperarse de la resaca.
Cuando
Artur Mas predice una Cataluña independiente con bonanzas económicas y
financieras, sin salir de la UE y del BCE, confunde su deseo con la realidad, wishful thinking que
dicen en inglés. Aunque ahora reconozca que Cataluña no puede ser
independiente. Y no se le cae la cara de vergüenza.
Y lo
peor para mí es que estos argumentos los utiliza el gobierno de Madrid y podría
creerse que yo estoy con él, cuando el gobierno de Madrid es peor todavía que este
Govern estúpido y cruel que miente a sabiendas de que está manipulando a una
masa crédula dopada por un nacionalismo que, además de cateto y disparate, es
un suicidio.
La
condena judicial de estos políticos iluminados catalanes no debería ser la
cárcel sino un frenopático de por vida. Cárcel es lo que merece el gobierno de
Madrid.
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