Lo
primero que hizo este gobierno fue secuestrar todas las instituciones. Al día siguiente
de tomar posesión, qué digo, día…, minuto! tenían todo preparado para tomar
posesión (vale la redundancia) de todas las instituciones, Consejo de Estado,
Tribunales Supremo y el Constitucional, el Consejo General del Poder Judicial, la
Fiscalía, el Tribunal de Cuentas… etc. etc. etc., así como los medios de comunicación. No voy a
detallar cómo secuestraron la televisión pública pero fue una maravilla de
eficacia y precisión. Y así han podido hacer de su capa un sayo y gobernar sin
hacer el mínimo caso al Parlamento y a la oposición.
Han
actuado como ellos saben. Tejiendo una tela de araña silenciosa donde han ido
cayendo todos los medios que necesitaban, dejando vacías las cáscaras de las
instituciones capturadas después de devorarles las entrañas. Y campeando luego
a sus anchas por ellas como si fueran lo que eran, su cortijo, sus posesiones,
y todo legalmente, lo bien hecho bien parece.
Lo
del Parlamento merece trato aparte. Aparte del menosprecio, incluso desprecio,
del que han hecho gala, y del ridículo en que dejaron a los diputados no
contando con ellos para nada, no tuvieron que tomarlo por la fuerza para nada.
Estaban en su casa. Y ahora de repente se encuentran sin su finca. Quéee…!? Horas,
minutos, han tardado en recuperarla. Ha bastado con hipnotizar a dos pardillos
sumisos, a C,s y a la Presidenta, y ésta ya tiene claro lo que tiene que hacer:
ejercer de sicaria, súbdita sumisa, del presidente del gobierno. Lo curioso de
este caso ha sido la rapidez de vértigo con que se han apoderado de esta pieza,
de caza mayor. Y lo fácil que lo han hecho.
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