viernes, 29 de julio de 2016

1228 (V 29/7/16) Secuestrando la democracia

El sr. Rajoy acepta el encargo real de formar gobierno y avisa que seguirá ejerciendo en funciones sine die (hasta un “plazo razonable”, son sus palabras) como presidente del gobierno hasta tanto consiga los votos suficientes para una nueva investidura. O sea, que o le votan en mayoría para formar nuevo gobierno o, si no, estamos condenados a soportarle hasta que a él le dé la gana ejerciendo como presidente en funciones (y además sin control parlamentario). Y encima concreta detalles: nuestros compromisos con Europa no pueden esperar, así que piensa ponerse a la tarea como si tal cosa desde ya. Ha aprovechado la torpe ineficacia de todos los demás partidos que no han sabido ponerse de acuerdo ni siquiera para echarle, a pesar de mostrarles sus nalgas, y les ha endilgado un “que os den” mostrándoles erecto su dedo corazón.
El PSOE se ha quedado bizco mirándose el ombligo, desdeñando a sus pretendientes, entre los cuales su enamorado Eco rechazado por su Ego de Narciso. Y a los demás, enmarañados en sus propias redes retóricas, los ha dejado hechos un nudo gordiano al tiempo que los tiene cogidos de los huevos: o le votan para formar nuevo gobierno o se quedan todos así, congelados en foto fija, mientras él sigue ejerciendo a sus anchas “en funciones”, sine die, hasta que le dé la gana. No me digáis que no tiene gracia. Ahora entiendo la sonrisa de oreja a oreja con que entraban en la sala de prensa sus adláteres Soraya, Cospedal y Moragas.
     Ya desde que formó gobierno hace más de cuatro años prometía maneras. Lo primero que hizo fue secuestrar a los medios de comunicación haciéndolos suyos a pesar del blindaje con que los protegió Zapatero para asegurar su profesional objetividad. Luego les siguieron la apropiación de las instituciones en beneficio propio como si fuera su cortijo. Manipularon hasta donde pudieron (las cúpulas) del Poder Judicial. Y llegaron a abducir al Parlamento! gobernando sin rubor por decreto-ley. Por no hablar de la legislación penal que, bajo la excusa del rigor y transparencia en materia de corrupción, introdujeron palos en las ruedas de los tribunales penales y, acortando plazos imposibles de cumplir, blindaron su impunidad como delincuentes inmunes. Por no hablar del secuestro de las palabras utilizando continuamente eufemismos para enmascarar sus mentiras compulsivas. Toda una innovación en el concepto de democracia que no dudamos será objeto de tesis doctorales.
       Pero esto de ahora roza ya lo inefable: ha secuestrado a los demás partidos, los de la oposición, que eran todos, todos los demás. El solito. No sé con qué quedarme, si con su desvergüenza o con la estupidez de todos los demás.

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