Cuando hace cuatro días tuiteé: Quién iba a decir que PODEMOS haría
posible que sobreviva el agónico PP? Rajoy y sus acólitos han empezado a
celebrarlo. No oís sus carcajadas? me refería efectivamente a Podemos, no al PSOE o a C,s, porque éstos no podían decepcionarnos más, pero Podemos sí. Y vaya si lo ha hecho.
La avidez compulsiva mostrada por
Iglesias tras la reunión con el Rey atribuyéndose el papel de protector de un inmediato
gobierno del PSOE del que se autonombró Vicepresidente, el menosprecio mostrado
a la IU de Garzón, la negativa a una Confluencia de la Izquierda, la torpeza posterior demostrada en sus negociaciones a dos, tres
y cuatro bandas, la incapacidad de alcanzar un acuerdo de expulsar al gobierno
de Rajoy en lo que todos estaban ya de acuerdo! y la consiguiente posible supervivencia del PP en las nuevas
elecciones que Podemos no ha sabido evitar, todo ello ha producido en
muchos un desencanto que augura malos resultados para esta formación en las
próximas votaciones. Y lo peor es el batacazo que implica desde las alturas a
las que habíamos encaramado nuestras ilusiones. Ni siquiera han priorizado por
encima de cualquier otro el objetivo de expulsar a estos usurpadores del
gobierno del PP.
Como escribe Marcelino Flórez, el programa se ha cumplido al milímetro, sin transacciones: el objetivo de Vistalegre se concretó en “tomar el cielo por asalto”; siguieron unas primarias “en plancha”, que garantizaron el control de las candidaturas en toda España; se prolongó con la negativa, diferida varios meses, a cualquier pacto con IU. Llegaron las elecciones generales, que resultaron insatisfactorias, y la estrategia continuó: ausencia de encuentros con cualquier otro partido político y representación teatral para enmascararlo: vicepresidencia plenipotenciaria; un día en la “mesa de cuatro”; un discurso bronco en la investidura, bañado en cal viva, para argumentar el no; intento de reunir la “mesa de cuatro”, después de dinamitarla; y convocatoria de un referéndum entre las bases para evitar sentarse en la “mesa de tres”. Objetivo conseguido: nuevas elecciones hacia la hegemonía. Y los culpables son los otros…, no?
Como escribe Marcelino Flórez, el programa se ha cumplido al milímetro, sin transacciones: el objetivo de Vistalegre se concretó en “tomar el cielo por asalto”; siguieron unas primarias “en plancha”, que garantizaron el control de las candidaturas en toda España; se prolongó con la negativa, diferida varios meses, a cualquier pacto con IU. Llegaron las elecciones generales, que resultaron insatisfactorias, y la estrategia continuó: ausencia de encuentros con cualquier otro partido político y representación teatral para enmascararlo: vicepresidencia plenipotenciaria; un día en la “mesa de cuatro”; un discurso bronco en la investidura, bañado en cal viva, para argumentar el no; intento de reunir la “mesa de cuatro”, después de dinamitarla; y convocatoria de un referéndum entre las bases para evitar sentarse en la “mesa de tres”. Objetivo conseguido: nuevas elecciones hacia la hegemonía. Y los culpables son los otros…, no?
Pues va a ser que no. Y citándome ahora a
mí, ya avisamos en la entrada 1172 (S 12/3/16)
Podemos, así no; así no podemos: Tan atolondrados, tan
impulsivos, tan incoherentes, todo eso es propio de la juventud, que se cura
con el tiempo. Pero esa codicia…, ese afán compulsivo de agarrar el sillón, tan
propio de la caspa, eso ya se os has
notado demasiado. Habéis confundido la espontaneidad con la desfachatez. Y mira
que me caía bien el Pablo Iglesias… que como siga gritando con esa voz de
falsete y repitiendo sus mantras…, pues que va a ser que no. Hasta al propio Íñigo se le arqueó la ceja cuando le oyó insultar al PSOE con lo de la “cal
viva”. Bisoños, habéis añadido avidez a la petulancia, que ni siquiera llega a
prepotencia, pero que promete. Aupados sobre una estructura de partido político
que se está mostrando como un castillo de naipes, los que presumíais de
cimentaros en las bases…, no os vendría mal apaciguaros algún tiempo en la
oposición para sedimentaros.
Lo siento por nosotros.
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