"Yo no tengo por qué dar cuenta a un Congreso que no me ha otorgado
su confianza, hala!". Y se va. Hala, eso por desconfiar todos de él.
(Y reta al Congreso a que se enfrente con su primo Zumosol: los tribunales.)
(En España, Europa, s. XXI)
El presidente incumple su cita en el Congreso alegando legítima defensa,
estado de necesidad (*), fuerza mayor y heridas en lo más jondo de su alma. “Me
quieren tirar tomates, mamá, me quieren tirar tomates!”
"Llora como inocente lo que no supiste defender como indecente”, le dijo
su madre cuando él pataleó: “si es que todos me quieren hacer pupa...! mamá,
todos! todos!”
(*) circunstancias
admitidas como causas eximentes de culpabilidad en el Código Penal.
Tras el fiasco del chateo de la Reina con Javier López Madrid, su
"compi yogui", empresario procesado por el mal uso de su tarjeta
black de Bankia, el Rey corta la comunicación con todos los corruptos.
... El Rey se queda solo.
López
Madrid (con la ayuda de los reyes?) cambiará su conducta: de ahora en adelante “extremará
sus cuidados” y ocultará sus delitos mejor para que no le pillen. Porque este
país se está poniendo muy difícil. En efecto, confirma Almudena Grandes: “conductas sumamente asentadas entre los hábitos de las
élites españolas han perdido el carácter de privilegio natural que ha labrado
durante tanto tiempo la felicidad de sus miembros. España se ha vuelto un país
muy difícil porque los jueces han empezado a calificar como delitos actos cuyos
culpables siguen considerando favores normales entre amigos, engranajes de un
mecanismo de prosperidad personal que hasta ahora ha venido funcionando desde siempre. No sólo no son en absoluto conscientes de haber perjudicado a sus
compatriotas sino que, al contrario, a menudo declaran que su riqueza genera
riqueza. (Y empleo.) Así de difícil es este país", Jesús, qué calvario.
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