viernes, 5 de febrero de 2016

1149 (V 5/2/16) Ilegalización del Partido Popular

España necesita una derecha. Yo necesito que este mi país pueda exhibir una derecha digna y civilizada. Pero para eso antes hay que eliminar este PP, i-le-ga-li-zar-lo, sin tener que detallar aquí los múltiples motivos, sobradamente conocidos. Delenda est (eius) memoria. Y que renazca uno nuevo, donde no queden ni restos de los que corrompieron el PP que todos conocemos y tantos despreciamos sin remedio. De hecho la derecha española ya tiene un partido civilizado al que votar como es el de Ciudadanos.
    Se utiliza mucho el argumento de que si eliminamos los partidos por sus políticos corruptos no quedaría ninguno vivo. Y es un mal inevitable con el que tenemos que aprender a convivir. Y yo contesto que sí, que es verdad, pero que hay unos límites que no se puede aceptar que se sobrepasen, como ocurre en el caso del PP, totalmente corrompido.
    "Yo he venido a la política a forrarme" es algo que dijo un presidente autonómico del PP, Eduardo Zaplana, y que piensan todos los miembros de la cúpula del PP. Un político tiende por naturaleza al expolio y la mentira. Al expolio porque administra fondos públicos y la tentación del robo es demasiado fuerte. Y la mentira porque la necesita para cubrirse. Por eso hay que institucionalizar instrumentos de control muy estrechos sobre la administración de los recursos. Hay que someterlos a una estricta y continua vigilancia que impida que se repita esta situación de robos hasta cotas inimaginables por parte del PP, corrompido de arriba abajo. Hay que controlarlos y castigarlos a todos, sí, a todos, al PP por todos sus casos pendientes y al PSOE por los ERES, pero equiparar en corrupción al PSOE con el PP sólo se puede hacer por ignorancia o por mala fe.
    Además, habiendo hecho cautivas a todas las instituciones, Fiscalías, CGPJ., Tribunales (a los que ha saboteado recortándoles los medios), así como a los medios de comunicación, al tiempo que ha practicado una mentira permanente contumaz, el PP ha demostrado ser el partido anti-sistema por antonomasia. Y así, ha bloqueado el sistema  institucional sometiéndolo a un continuo sabotaje. Es más, al acusar como antisistemas a los demás partidos, para exorcizarse de sus propios males, se ha comportado como el partido más populista. En suma, el PP es el conjunto de todos los males sin mezcla de bien alguno, que es como el catecismo Ripalda definía a Satanás,
     Este partido no puede seguir vivo, ni siquiera en los libros o colecciones de sucesos.

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