Tenis, Barça, certamen de bandas de
música, cine (“8 apellidos catalanes”)…, demasié.
Sobre Rafa Nadal ya he repetido varias
veces en este mismo blog que no podemos exigirle que nos dé todavía más. El
sobreesfuerzo lo pagará (ya se lo está cobrando). Lo del Barça me gustó:
siempre me gusta que gane el mejor y la diferencia entre el Barça y el Madrid
es semejante a la que pudimos ver entre Djokovioc y Rafa: apabullante. Lo que
quiero comentar sobre este tema es la perplejidad que me causa saber que un
partido de fútbol puede ser el tema de más interés para la mayoría de la
población mundial, 500 millones de televidentes! el doble que el segundo motivo
de mayor atracción, la Orange Bowl.
(Para contrarrestar tanta alegría perdieron el Betis y el Zaragoza.)
El certamen en Calatayud entre bandas de música municipales es todo un
acierto. Este sábado pasado le tocó a la banda municipal de Tarazona (la villa
del Cipotegato) que nos dejó boquiabiertos. Más que un notable alto, un
sobresaliente. Yo les di un 8.5, menos que la mayoría que les calificó con un 9
(dejando sitio por si cupiera algo mejor). No pudieron faltar piezas del
bilbilitano Marquina así como el “Sitio de Zaragoza”. Pero anda que L’Arlesienne de Bizet, o la Obertura Ross Roy de Haan…
Y en cuanto a la película, cuando don Miguel dijo que nunca segundas
partes fueron buenas no aclaró si podían ser mejores, ahí está la suya
o la segunda parte de los Ocho apellidos…,
que es más valiente que la vasca y no menos terapéutica. Ejemplo: la organizadora del evento tiene que renegar de sí misma, esconder su acento de gallega, para poder integrarse en ese nuevo monstruo(*) en que quieren convertir a Cataluña. No les vendría mal
a los empecinados catalanes verla y reírse de sí mismos, un poco, no?
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(*) monstruo en el sentido de cuerpo desmembrado.
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(*) monstruo en el sentido de cuerpo desmembrado.
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