Es lo mismo que decir la locura del fanatismo. La raíz de este mal
está en las creencias religiosas. Habría que impedir el tráfico de armas
(imposible) pero antes habría que erradicar las enseñanzas religiosas y las
madrasas (más difícil todavía). La convivencia entre católicos, musulmanes, judíos y otras confesiones
sólo cabe en el marco de un Estado laico.
Los fanáticos
terroristas de ISIS hacen emigrar a 8 millones de sirios pero antes los
esquilman cobrándoles una media de 4.000 $, que no tienen, para que puedan
cruzar las fronteras. Pudimos verlo en el programa "Salvados" de Jordi Evole el pasado fin de semana.
Por otra parte
Occidente debería hacerse mirar su parte de responsabilidad en los conflictos
de Oriente Medio. Por ejemplo, suministrando armas a todos los bandos
beligerantes.
En cuanto a la
reacción emotiva, irracional, de Francia intensificando los bombardeos en
Siria, sólo perjudica al resto de la población civil que aún permanece en su
país.
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