sábado, 14 de noviembre de 2015

1108 (S 14/11/15) La Deuda es buena! más aún, es necesaria!

Os acordáis de cuando decíamos (textual) que la Deuda no es tan mala, vide entrada 1094 del 24/10/15, y que la deuda pública y el déficit no se pueden gestionar del mismo modo en la economía privada que en la pública? que si la economía privada aconseja (y obliga) a equilibrar los gastos con los ingresos, no ocurre lo mismo en la macro-economía, que a veces necesita incrementar la deuda para facilitar el desarrollo económico, y sobre todo para reactivarla? Bueno, pues no lo digo yo, lean, lean a Krugman (*) y abróchense el cinturón para no caer de espaldas:

El sombrío legado de la austeridad

Cuando estalló la crisis en el 2008 la Reserva Federal y otros bancos centrales se dieron cuenta de que apuntalar el sistema financiero tenía prioridad sobre respetar las nociones convencionales de la prudencia monetaria. El Gobierno de Obama y sus homólogos se dieron cuenta de que, en una economía deprimida, los déficits presupuestarios eran útiles, no perniciosos. Y la impresión de dinero y la adquisición de préstamos funcionaron: evitaron que se repitiese la Gran Depresión. Luego, todo se torció. Y las consecuencias del mal giro que tomamos parecen ahora peores de lo que nunca imaginaron los críticos más duros.
   En el año 2010 la élite política de ambos lados del Atlántico decidió dejar de preocuparse por el paro y empezó a obsesionare con los déficits presupuestarios. Este cambio no se debió a las pruebas existentes ni a los análisis minuciosos. De hecho, iba muy en contra de los fundamentos de la economía. Pero las declaraciones ominosas sobre los peligros del déficit se convirtieron en algo que todo el mundo repetía porque todos los demás lo decían, y las voces disidentes dejaron de considerarse respetables (que es la razón por la que empecé a llamar gente muy seria a quienes repetían como loros lo que dictaba la ortodoxia del momento).
    Algunos intentamos, en vano, señalar que el fetichismo del déficit era tan desatinado como destructivo, que no había pruebas fehacientes de que la deuda pública fuese un problema para las grandes economías, mientras que sí había muchas pruebas de que recortar el gasto de una economía deprimida agravaría la depresión.
    Y los hechos nos dieron la razón. Han transcurrido más de cuatro años y medio desde que... las políticas de austeridad que se aplicaron a partir de 2010 tuvieron exactamente los efectos depresivos que predecían los libros de texto de economía.
   Sin embargo, hay cada vez más pruebas de que los escépticos en realidad subestimamos lo destructivo que sería el giro hacia la austeridad…, LAS POLÍTICAS DE AUSTERIDAD NO SÓLO IMPUSIERON PÉRDIDAS A CORTO PLAZO EN EL EMPLEO Y LA PRODUCCIÓN, SINO QUE TAMBIÉN HAN LASTRADO EL CRECIMIENTO A LARGO PLAZO (!)..., existe una marcada correlación entre la degradación de las perspectivas nacionales a largo plazo y el grado de austeridad que los respectivos países han impuesto.
     Así pues, el viraje hacia la austeridad ha tenido efectos verdaderamente catastróficos y van mucho más allá de los puestos de trabajo y los ingresos perdidos durante los primeros años. De hecho, el daño a largo plazo es lo bastante grande como para convertir la austeridad en una política contraproducente incluso desde un punto de vista puramente fiscal: LOS GOBIERNOS QUE RECORTARON LOS GASTOS FRENTE A LA DEPRESIÓN DETERIORAON SUS ECONOMÍAS Y CON ELLO SUS FUTUROS INGRESOS FISCALES HASTA EL PUNTO DE QUE SU DEUDA TERMINARÁ SIENDO MÁS ALTA DE LOS QUE HABRÍA SIDO SI NO HUBIERAN EFECTUADO LOS RECORTES.
      Y la amarga ironía de la historia es que esta política catastrófica se aplicó en el nombre de la responsabilidad a largo plazo, y que a quienes protestaron por el rumbo erróneo se les tachó de irresponsables.
      Un  aspecto sorprendente de los últimos años es la poquísima gente que está dispuesta a reconocer que se ha equivocado en algo. Parece más que probable que toda esa Gente Muy Seria que jaleó unas políticas desastrosas no aprenda nada de la experiencia. Y esto, a su manera, es tan espeluznante como la perspectiva económica.

(*) http://economia.elpais.com/economia/2015/11/06/actualidad/1446812749_342441.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario